Revolución en la
industria de la comunicación
Las empresas de comunicación ante la economía digital
Hemos visto cómo el medio digital afecta
al planteamiento de la comunicación, los roles de los actores de la comunicación, al
papel del periodista, su relación con los lectores/interactores, etc.
Todos estos cambios afectan al planteamiento de las empresas de comunicación, pero hay
otros factores que están transformando el sector de la comunicación de masas y favorecen
la definición de un nuevo paradigma económico, el paso de la economía industrial a la
"economía de la información" ("economía digital" o simplemente -y
por el momento- "nueva economía"): un gran volumen de empresas y capital, que
hasta hace poco se habían mantenido al margen del sector de la comunicación, están
entrando en el sector.
La información como materia productiva
La multimediatización de las empresas de comunicación se inició mucho antes de que
Internet fuera considerado un medio de comunicación social. La diversificación de
canales de comunicación y las fusiones empresariales propiciaron la aparición de
conglomerados multimedia, empresas de comunicación que realizaban su actividad económica
produciendo contenidos en múltiples canales, combinando prensa, radio y televisión.
La penetración progresiva de las tecnologías de información digital en las rutinas
de producción de contenidos, combinada con la aceptación (voluntaria o forzosa) de la
Red como un espacio de interés económico, conlleva serias transformaciones en el seno de
las empresas de comunicación. El resultado es que la fuente principal de negocio ya no es
editar una cabecera o emitir a través de una cadena, sino generar contenidos. Unos
contenidos que no se generan pensando en su rendimiento multimedia, sino que
posteriormente se adaptan a los diversos formatos de la información.
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Por lo tanto el negocio
está en crear contenidos, en la producción de información en estado puro. |
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Los distribuidores de información entran en el negocio de la comunicación
Tradicionalmente, los poderes públicos y la propia industria de la comunicación han
intentado evitar que la producción y la distribución de información cayera en las
mismas manos, por los riesgos que podría comportar esta excesiva concentración de poder.
La FCC (Federal Comission of Communications) nació en Estados Unidos precisamente para
evitar estos excesos. Pero ni la FCC, ni otros organismos supraestatales con funciones
similares, han representado un obstáculo suficiente frente a este proceso de
concentración. Autores como Herbert I.Schiller o Fernando Quirós han tratado a fondo
este tema.
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