La evaluación de servicios sanitarios surge con el objetivo de informar y mejorar el proceso y los resultados de la asistencia médica en pacientes individuales, fundamentalmente, pero también en colectivos y en la población en general.
Por evaluación de técnicas y servicios sanitarios se ha de entender el conjunto de actividades de investigación que, con un enfoque multimetodológico y pluridisciplinar pretende informar, en base al conocimiento científico y a la realidad del contexto, las distintas decisiones que se toman dentro de un sistema sanitario, sean éstas a nivel de política sanitaria y de investigación, de planificación, de compra o financiación de servicios o bien, en su aspecto más básico, a nivel clínico y de los pacientes.
La evaluación en servicios sanitarios no constituye pues una especialidad ni una disciplina, sino que característicamente utiliza un amplio rango de teorías, metodologías y fuentes de información (véase Tabla 4) dependiendo de la cuestión que se plantee o del problema que deba resolverse. Es, por tanto, un campo de análisis multidisciplinar, donde intervienen clínicos, epidemiólogos, estadísticos, economistas, sociólogos, psicólogos y expertos en organizaciones, bioética y derecho. Este tipo de evaluación examina los efectos de las intervenciones médicas y sanitarias, tanto los beneficiosos como los adversos, así como todos aquellos factores influyentes (determinantes) en el resultado que se pretende conseguir y en sus consecuencias no sólo a nivel clínico, sino también organizativo, económico, ético, legal y social.
Tabla 4. Diseños y fuentes de información en la evaluación de servicios sanitarios y tecnología médica