Se trata de definir cuál será el punto de vista desde el que se enfocará el análisis económico. La perspectiva adoptada dependerá del problema planteado, del interés específico del solicitante del estudio y del contexto de la demanda. Los costes y los efectos a considerar en un estudio económico variarán considerablemente dependiendo de si el punto de vista elegido es el social (perspectiva más amplia), o se trata de una perspectiva más limitada, como son la de un financiador, el de los servicios de salud, las compañías de seguro asistencial, proveedores de atención sanitaria (unidades de atención primaria, hospitales, médicos), la de los pacientes o la de sus familiares.

Por lo general, los análisis económicos adoptan una perspectiva limitada (por ejemplo, la perspectiva hospitalaria), generalmente por déficits de información y en ocasiones de recursos y metodología apropiada. Esto puede dar lugar a resultados sesgados al no contabilizar los costes soportados por otros actores en el sistema, como pueden ser la familia, los amigos, los vecinos, o los centros de asistencia primaria. Todas las guías existentes sobre el uso del análisis económico insisten en la perspectiva social como la más adecuada, al tiempo en que argumentan a favor de su desagregación en otras perspectivas más próximas a los niveles de decisión.