La evaluación del impacto de las GPC requiere estudios con diseños complejos que proporcionen medidas de resultado claves, bien definidas y estandarizadas de manera que puedan ser comparadas con indicadores control o valoradas frente a resultados de referencia o estándares. A continuación se describen algunas opciones:
Comparación de cambios en la práctica clínica y/o en los resultados en salud entre áreas donde se ha llevado a cabo una buena promoción de la GPC y áreas con promoción baja o nula.
Comparación de resultados en salud entre áreas que han aceptado y adoptado la GPC y áreas que no lo han hecho.
Comparación entre la práctica clínica habitual y los criterios recogidos en la GPC (grado de acuerdo o concordancia, etc.).
Nivel alcanzado o grado de cumplimiento de estándares bien establecidos.
Se ha comentado con anterioridad que la evaluación de resultados en salud es problemática y compleja. Son varios los motivos que conducen a esta aseveración. El primero y fundamental es que los cambios en el estado de salud de las personas, en general, tardan mucho tiempo en producirse. Existen, pues, dificultades para medir cambios en los niveles de salud en períodos de tiempo cortos. En segundo lugar, hay que tener en cuenta que el estado de salud se ve influenciado por otros muchos factores además de la existencia y aplicación de una GPC. Por último, debe hacerse un comentario metodológico sobre las limitaciones que presenta la interpretación de los datos procedentes de poblaciones pequeñas (cuando la aplicación de la GPC se hace a nivel muy local); estas medidas son poco estables y, por tanto, conllevan cierto grado de incertidumbre a la hora de evaluar los resultados.
Para poder superar los problemas citados, el diseño de la evaluación busca alternativas como la medición de los cambios en la práctica clínica, la valoración de parámetros relacionados con el proceso de atención o la monitorización en el tiempo de indicadores de salud previamente establecidos.