Un módem es un aparato que descodifica la señal analógica que llega por el cable telefónico y la transforma en señal digital interpretable por el ordenador. De manera inversa, también descodifica la señal digital que envía el ordenador en señal analógica, la cual puede viajar por el cable telefónico.
Si nos conectamos a Internet directamente (sin que ninguna red local actúe de intermediaria) mediante la red telefónica básica, necesitamos un módem. Por la red telefónica sólo puede viajar la señal analógica, y el ordenador trabaja en formato digital. El módem interpreta digitalmente los datos que llegan en código analógico y traduce a formato analógico las peticiones de información que envía el ordenador en formato digital.
Los módems pueden tener un rendimiento variable. Actualmente, se utilizan módems de 56.000 bits por segundo (56 kb/s). De hecho, no hacen falta módems más rápidos, porque esta velocidad ya excede el mismo ancho de banda de la red telefónica básica. Sin embargo, tener un módem de 56 kb/s no significa que nos conectemos a Internet a esta velocidad (de hecho, raramente conseguimos velocidades tan altas). La velocidad real también depende de otros factores, como la congestión de la red o del servidor al que nos conectamos.