A partir del desarrollo de los estudios sobre folklore médico se obtiene información sobre las prácticas de la medicina popular, que sirven a la medicina científica para combatir la supuesta ignorancia popular. Estos estudios eran elaborados principalmente por médicos que aceptaban el modelo oficial y que trataban de demostrar la irracionalidad de las prácticas populares. Las descontextualizaban de la realidad social en que tenían lugar para demostrar su ineficacia y, como contrapartida, demostrar la racionalidad del discurso médico hegemónico. Esto no fue un obstáculo para que la medicina oficial se apropiase de prácticas populares que se consideraban útiles.

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