Estructura hipertextual

Básicamente, un hipertexto puede definirse como un documento digital que se organiza en forma de red gracias a las relaciones que se establecen entre nodos, enlaces y anclajes. Así pues, la definición de hipertexto está integrada por tres términos clave.

Bibliografía sugerida

Esta estructura hipertextual es la que favorece el acceso asociativo entre ideas y conceptos de forma no lineal, donde los nodos son los diferentes puntos de interconexión de la información, que se asocian gracias a los enlaces, verdaderos puentes bidireccionales entre nodos. Estos enlaces se activan por medio de determinados puntos de conexión (anclajes), de manera múltiple si se quiere, dentro de cada nodo.

Nodos

El nodo es cada una de las unidades de información en las que se fragmenta un hipertexto, y lo que caracteriza a un hipertexto es la finalidad del contenido de estos nodos. Su contenido está destinado, obviamente, al usuario y, por eso, es fundamental que sea una representación perceptible para él.

No hay unas normas preestablecidas sobre la forma y el contenido de los nodos. Podemos afirmar que, de hecho, son totalmente arbitrarias. Un contenido de nodo es todo objeto que disponga de un método capaz de producir la representación (que no tiene que ser necesariamente visual, como el sonido), de manera que el texto, la imagen, el sonido, la animación y cualquier otro objeto multimedia pueden formar parte del contenido de un nodo.

Cita

Sobre la dimensión de los nodos, hay propuestas de autores como Shneiderman y Kearsley, que recomiendan que un nodo quede especificado con un solo concepto o una idea simple, aunque la elección de la dimensión de un nodo sólo depende de la organización que el autor quiera dar al documento. De este modo, puede decirse que no tienen que ser homogéneos, ni en la forma ni en el contenido, ya que, por ejemplo, para algunos autores un nodo puede ser la representación de cada pantalla, o bien cada tema concreto que se trate. Sólo podemos afirmar, siguiendo a Codina (1996), que hay dos grandes modelos de nodos:

  • El modelo estructurado, donde cada nodo tiene una estructura repetitiva con un contenido diferente.
  • El modelo textual, donde no hay ninguna estructura repetitiva, sino que cada nodo tiene su propia estructura.

Enlaces o vínculos

Los enlaces son los elementos que hacen posible la interconexión entre los diferentes nodos, y que estructuran toda la trama semántica de su contenido. De hecho, un hiperdocumento es un conjunto de informaciones en el cual los conocimientos se han explicitado y donde los enlaces constituyen un medio para representar estos conocimientos. No se debe incurrir en el error de pensar que el enlace hace sólo de método referencial, sino que tiene asociado un sentido funcional de relación entre dos informaciones o contenidos.

Siguiendo las definiciones de Codina (1996), podemos encontrar diferencias en la manera de estructurar los enlaces. Los más básicos son los que estipulan una relación entre una palabra y su definición, como en el caso de los términos del glosario de este material. Otros establecen una relación entre un concepto y una base de datos, que permite ampliar la información, o entre un personaje y su biografía, etc. La calidad de un documento reside en la información que contiene, en la contextualización de esta información y en la posibilidad de recuperar otros tipos de información.

Otros enlaces son los que sirven para activar todos los nodos de un hipertexto que tengan una concordancia semántica o, cuando menos, similar. También encontramos los que sirven para relacionar las entradas de los índices y las secciones de los mapas conceptuales de un hipertexto con los nodos correspondientes en el hiperdocumento, como por ejemplo el caso de los índices analíticos. Igualmente están los enlaces estáticos, que sólo fija y decide el autor del documento, en contrapartida a los dinámicos, que se establecen por las relaciones del lector con el documento, y pueden cambiarse según el criterio de este lector, como por ejemplo su implicación al indicar direcciones de interés (bookmarks).

Conklin (1987) considera que hay dos tipos básicos de enlaces: los enlaces estructurales, que responden a relaciones jerárquicas, y los enlaces referenciales, que reflejan una conexión arbitraria entre dos elementos sin ningún tipo de connotación estructural. Sin embargo, haría falta añadir los enlaces asociativos, que vinculan nodos a contenidos relacionados que derivan de las relaciones referenciales, como por ejemplo las notas a pie de página de un documento.

Este esquema básico, pues, referencia la existencia de una serie de usos definidos para los enlaces, como por ejemplo los siguientes:

  • Enlace de salto: corresponde a una transición de un espacio de lectura a otro, y es posible que no tengan nada en común, salvo el hecho de que el anclaje de uno es susceptible de evocar el del otro, lo cual en muchas ocasiones es un criterio personal del autor. Estos saltos son una de las principales causas de desorientación del usuario, ya que pueden cambiar totalmente el ámbito de consulta o interés que se tenía en el nodo anterior. El retorno al punto de partida es difícil de gestionar, ya que el camino recorrido puede ser totalmente arbitrario. Muchos sistemas conservan el itinerario recorrido y permiten ir directamente al nodo deseado.

  • Enlace jerárquico: traduce la organización de un documento. Indica que el anclaje de llegada es el desarrollo del anclaje fuente. El recorrido de este enlace conserva por inclusión el contexto de lectura y lo enriquece. El retorno es más simple gracias al orden potencial que se establece dentro del nodo.

  • Enlace de anotación: ejerce un papel de intermediario entre los dos enlaces anteriores. Permite relacionar un anclaje de un contexto de lectura con otro contexto de lectura, sin perder el contexto inicial, al cual el usuario podrá volver tan fácilmente como en el caso de un enlace jerárquico. Difiere del jerárquico en el hecho de que el nuevo contexto no se incluye en el primero.

Según la dimensión del sistema hipertexto, su arquitectura centralizada o distribuida, se utilizan tres grandes tipos de organización:

  • Una aproximación integrada: el sistema dispone explícitamente de una representación de la totalidad de la red, y es el único que controla el acceso a los nodos, como por ejemplo Hypercard, de MacWeb, de KMS, etc. Los enlaces son, por tanto, conocidos tanto por el nodo fuente como por el nodo de destino.

  • Una aproximación abierta y descentralizada: el sistema no tiene el control del acceso a los nodos, los cuales pueden manipularse de manera independiente. Por lo tanto, no tiene conocimiento de la globalidad de la red.

  • Una aproximación mixta, en la cual el sistema gestiona propiamente una red de enlaces, pero independientemente del contenido de los nodos.

En la medida en que un nodo puede ser de cualquier dimensión, las informaciones relacionadas no son nodos, sino fragmentos de nodos. A partir de aquí adquirimos la noción de anclaje, que, funcionalmente, hace corresponder a un nodo un subconjunto de su contenido; de esta forma, puesto que el nodo es el contexto de lectura del anclaje para el usuario, la necesidad de disponer de un anclaje de inicio y de llegada es evidente para mostrarle un posible camino.

Anclajes

El anclaje es el punto que activa físicamente el enlace. Su activación se suele realizar a partir de hacer clic con el ratón sobre su área sensible. Expresan el origen de un enlace de diferentes formas, ya sea por medio de palabras dentro de la cadena textual del documento, cualquier forma icónica de referencia o, como escribe Rovira (1998), la misma materialización del destino del vínculo en forma de nodo o parte del nodo referenciado. El anclaje origen se denomina también referencia y el de destino, referente.

El efecto que supone la activación de un anclaje puede ser doble: o bien se encamina directamente hacia el nodo requerido, por lo que pierde el referente del que proviene, o bien se puede activar de manera que el nodo de destino se abra en una nueva ventana, con lo cual se tiene la correspondencia del nodo destino y la del nodo de inicio, de modo que su consulta es potencialmente simultánea y no tiene riesgo de pérdida efectiva.

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