La Red es una entidad diversa, no sólo por lo que respecta a sus contenidos y ubicaciones, sino también por sus parámetros tecnológicos.
Existen múltiples métodos para entrar en Intenet (conexiones módem, RDSI, cable coaxial, fibra óptica, mediante redes locales, etc.), pero para el usuario final la Red se manifiesta como una entidad técnicamente uniforme.
Cuando se publican páginas web parece ser que estas facilidades desaparecen.
Entre los millones de ordenadores que alojan páginas web, los hay que funcionan bajo sistemas operativos sensibles a la caja (case sensitive), y también existen SO que no distinguen entre mayúsculas y minúsculas: tal es el caso de Windows.
Cuando se diseña una página web en local (y bajo Windows pues es el sistema operativo más popular) podemos escribir un enlace:
<A HREF="principal.html"> cuando el nombre exacto del archivo es "PRINCIPAL.HTML". Para Windows ambas referencias corresponden al mismo archivo y nuestro navegador nos muestra perfectamente la nueva página que se ha cargado al hacer clic sobre el enlace.
No obstante, cuando se envían los archivos al ordenador de alojamiento, parece que se han perdido todas las conexiones.
La mayor parte de los ordenadores servidores en Internet funcionan bajo UNIX o Linux (este último por ser un sistema operativo de libre distribución y código abierto). Ambos son sensibles a la caja de los tipos, de modo que para ellos son distintos principal.html, principal.HTML, Principal.Html o cualquier otra combinación de mayúsculas y minúsculas que hagamos aunque sea con las mismas letras.
Así pues, hay que tener en cuenta el tipo de letra que se utiliza en todas las referencias a archivos de nuestras páginas. Una norma habitual entre los confeccionadores de páginas web es utilizar sólo letras minúsculas para nombrar todos los archivos.