EDI (intercambio electrónico de datos)

El EDI se ha convertido en una herramienta fundamental para el desarrollo y la competitividad en las empresas, ya que es el sustituto natural del papel. Permite realizar básicamente procesos como por ejemplo la recepción, el almacenamiento, la transmisión y el tratamiento de datos, de manera que ahorra costes, agiliza las gestiones y consolida las relaciones comerciales.

El EDI combina las posibilidades de la informática y las telecomunicaciones. La infraestructura, que tiene un coste superior al de las extranets, se amortiza si el volumen de información que se gestiona en una empresa o entidad es elevado. Por esta razón, las pequeñas o medias empresas sólo pueden amortizar el coste a largo plazo.

Además del coste de la implementación del EDI, son necesarios procesos de unificación de códigos y formato de documentos, exigidos para mantener al máximo la coherencia y la integridad entre aplicaciones. Esto plantea un problema de distribución que va más allá del entorno del EDI.

Entre las características del EDI, destacamos las siguientes:

  • Sistema abierto a cualquier sistema general de bases de datos relacionales.
  • Facilidad de uso con una interfaz de usuario vía navegador de manera amigable y totalmente personificable.
  • Transacciones electrónicas seguras. Proporciona servicios de seguridad que ofrecen las VAN (Value Added Networks).
  • Permite acceso local y remoto a bases de datos.
  • Codifica y decodifica los mensajes que se envían.
  • Posibilidad de desarrollar un acceso basado en protocolos de Internet.

Existen dos estándares de EDI en el ámbito mundial: ANSI X 12, originario de Estados Unidos, muy difundido por todas partes, y EDIFACT, mucho más reciente y soportado por los organismos mundiales de comercio y las Naciones Unidas, al cual se está incorporando el estándar X 12 poco a poco, ya que permite garantizar un nivel óptimo de seguridad en el intercambio de datos.

El siguiente documento os dará una visión más amplia sobre los EDI.

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