Como ejemplo podemos mencionar la relación que se considera entre el hábito de fumar cigarrillos y el cáncer de pulmón. El criterio de la relación temporal se ha cumplido, ya que el cáncer de pulmón tiende a desarrollarse al final de la vida, muchos años después de la iniciación del hábito de fumar. Ésta es una característica compatible con el largo período de latencia que se presenta en las "carcinogénesis". Una evidencia adicional proviene de los estudios sobre fumadores leves y grandes fumadores, en el que las tasas de mortalidad por cáncer pulmonar disminuyen cuando aumenta la duración del período de tiempo sin fumar cigarrillos. La plausibilidad también se ha documentado al considerar el conocimiento de los estudios experimentales en animales, con la multiplicidad de los carcinógenos presentes en el humo de los cigarrillos; esto es consistente también con la evidencia anatómica de los cambios tisulares entre los fumadores. La fuerza de la asociación y la relación de dosis-respuesta se muestra por mayores tasas de mortalidad asociadas a los niveles más altos de fumar. Finalmente, aunque la especificidad de la asociación es más polémica, ya que el hábito de fumar se asocia firmemente con la aparición del cáncer de pulmón y otras enfermedades, las desviaciones de la relación uno a uno entre el hábito de fumar y el cáncer de pulmón no puede decirse que descarten la presencia de una relación "causal".