Estrategia empresarial y planificación en Internet

Internet supone un reto y un importante potencial competitivo para las empresas. Y como en todo nuevo entorno de negocio, deberemos centrarnos en dos pasos fundamentales para afrontarlo:

  • Identificar el nicho de mercado no cubierto que podemos ocupar.
  • Elaborar una idea sólida de negocio.

Al igual que hacemos en el mundo "real", deberemos realizar un análisis previo de la situación que nos permita definir una correcta estrategia y su correspondiente planificación.

La teoría de empresa, siguiendo el modelo de Porter, distingue las posibles alternativas estratégicas como el fruto de la combinación de tres tipos de enfoques competitivos hacia un público objetivo (amplio, reducido, individual) y de dos clases de ventajas competitivas (en coste o en diferenciación):

Generalmente, en el caso de la pequeña y mediana empresa, su potencial reside en la diferenciación (flexibilidad y especialización) junto con un enfoque de target reducido (alto conocimiento del cliente). Por tanto, gracias a la amplitud de los nichos de mercado, deberemos escoger una posición que nos haga únicos, vía la especialización, y actuar rápidamente. Habrá casos en los que la ventaja residirá en un bajo coste.

A los dos conceptos básicos para desarrollar el negocio hay que añadir una correcta conceptualización del propio negocio que permita optimizar el rendimiento de sus recursos disponibles.

La realidad dista mucho de lo teóricamente aconsejable, y la gran mayoría sigue considerando Internet como un medio de comunicación.

El hecho de plantearse una presencia en Internet con una visión más relacional y con mejores expectativas de resultado requerirá un mayor esfuerzo estratégico y de planificación.

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La tendencia más generalizada, y sin duda una de las más desacertadas de Internet, se basa en desarrollar catálogos de productos on-line o sitios web excesivamente corporativos. En el primer caso, el principal objetivo suele ser vender productos, pero esta labor se realiza de forma deficiente. En el segundo caso, se demuestra una preocupación por ofrecer información de la empresa, generalmente de escaso interés. Los contenidos se generan desde la perspectiva de la empresa y no del consumidor, que es en quien se debería pensar.

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