La ley de Coase

Según la ley de Coase, las empresas se organizan para minimizar el coste de las transacciones necesarias para la creación, venta y distribución de sus bienes y servicios. La existencia de una empresa sólo tiene sentido si es capaz de ejecutar esas transacciones de forma más eficiente que el mercado. Las compañías se crean porque el coste de organizarlas y mantenerlas es inferior al de las transacciones que se producen cuando los individuos comercian en el mercado. De esta forma, una empresa tenderá a expandirse hasta que el coste de una transacción adicional sea igual al del mercado.

Coase identificó seis tipos distintos de costes de transacción:

  • Costes de búsqueda entre compradores y vendedores. Los compradores y vendedores deben encontrarse en un mercado cada vez más amplio, complejo y estructurado.
  • Costes de información. Los compradores precisan informarse de los precios y características de los productos y servicios ofrecidos por los proveedores.
  • Costes de negociaciones. Los compradores y vendedores establecen los plazos de una compraventa o contrato de servicios.
  • Costes de decisión. Los compradores deben evaluar las condiciones de una compraventa o contrato de servicios en comparación con otras alternativas posibles.
  • Costes de control. Es necesario que los compradores y vendedores se aseguren de que los plazos de compraventa o contrato de servicios se cumplan.
  • Costes de responsabilidades. Los compradores y vendedores garantizan una compensación en el caso de que los plazos de la compraventa o contrato de servicios no se cumplan.
Contenido complementario

En un entorno resultado de unir las leyes de Moore y Metcalfe, donde el mercado aumenta su eficiencia en las transacciones, gracias a la tecnología digital, el tamaño y la complejidad de las empresas se vuelven antieconómicos.

Por medio de Internet, las transacciones de información tendrán un coste cercano a 0, con lo que será difícil para la empresa ser más eficiente que el mercado. Esto no significa que las empresas vayan a desaparecer, dado que los costes de transacción seguirán siendo significativos, pero sí cambiará el concepto de empresa como entidad física definida por sus activos y plantilla. Este concepto de empresa física va dejando paso al de organización virtual, en la que se establecen relaciones con otras organizaciones e, incluso, con individuos, para llevar a cabo la actividad de la empresa. Cada vez será más difícil definir el "dentro" y "fuera" de la organización.

Actividad

Esta tendencia no hace más que acelerarse y, en los próximos años, veremos que las empresas, sin llegar a desaparecer, se convertirán en una red de relaciones y en el lugar donde cada transacción se efectuará de la forma más eficiente posible del mercado.

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