Los sistemas de retribución variable son quizá los menos interiorizados en nuestro mercado. Conviene analizarlos con detalle y optar por aquellos que se adapten mejor a la estrategia particular de cada organización.
Retribución concedida a muy corto plazo –en entornos industriales o de producción– y vinculada a la producción realizada. Existen algunos problemas vinculados:
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Los adelantos tecnológicos han cambiado los tiempos reales de producción, considerando que los tiempos de referencia son los que definen el valor de la prima.
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Cambios en la demanda que obligan a ralentizar la producción para no almacenar innecesariamente.
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Retribución a muy corto plazo, concedida en entornos comerciales y basada en las ventas conseguidas. También reciben el nombre de comisiones sobre ventas.
Retribución a corto plazo –a horizonte de un año–, dirigida a directivos y cuadros técnicos, enmarcada dentro del presupuesto anual y basada en la consecución de resultados medibles (sean de empresa, área, equipo o individuales).
El esquema de funcionamiento del bono es muy similar al de los incentivos, si bien por tratarse de directivos conviene matizar dos características diferenciales:
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Suelen tener un componente de mayor relación con los resultados globales de la empresa.
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Suelen tener un componente de apreciación subjetiva basada en el desempeño de la persona.
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Concepto variable que se caracteriza por la ausencia de un sistema que lo soporte. Habitualmente, se concede de forma completamente subjetiva por la realización de trabajos y la consecución de resultados extraordinarios. Bien utilizadas por la dirección, pueden tener un carácter muy motivador para grandes colectivos.
Se enmarca en plazos superiores a un año, normalmente entre tres y cinco. Se trata de un concepto relativamente nuevo en España, y su interés se debe a los aspectos siguientes:
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Permite gestionar las variables relacionadas con la renta y con el patrimonio en el caso de directivos con niveles retributivos altos.
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En los puestos directivos más estratégicos, retribuir a un año podría producir cortoplacismos.
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Pueden ayudar a establecer barreras de salida a personas clave de la organización.
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Tiene ventajas fiscales.
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Es un derecho a comprar o vender una acción a un precio y a un plazo determinados y establecidos en la opción. Se puede comerciar con las mismas. En España se utiliza relativamente poco, sólo para altos directivos de empresas que cotizan en bolsa.
Concesión directa de acciones, bien por medio de un descuento, financiación privilegiada o de forma combinada.
La diferencia principal entre la compra de acciones y su concesión es que las acciones llevan riesgo para el directivo que compra, ya que si bajan de precio se produce una pérdida real, mientras que en las opciones sólo cabe la posibilidad de ganar y nunca de perder.
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Como en un plato de huevos fritos con jamón, no es lo mismo la involucración de la gallina, que sólo pone los huevos, que la del cerdo, que tiene que poner la pata.
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El compromiso de quien tiene una opción que sólo puede ganar es diferente del que tiene una acción con la que se puede ganar pero también perder.
Es variable en dinero y está relacionado con objetivos de horizonte superior a un año. Dichos resultados suelen ser muy estratégicos, como la participación en el mercado, el lanzamiento de un determinado producto, el porcentaje de rentabilidad, etc.
Es más sencillo de gestionar que los sistemas de acciones y de opciones.
- Conceptos en especie y diferidos
Suelen ser muy poco valorados por los preceptores. Son caros para la empresa, una vez se conceden cuesta mucho eliminarlos y son poco valorados desde el punto de vista económico.