La misión de cualquier organización (con o sin ánimo de lucro) es prestar un conjunto de servicios a sus clientes, empleados, accionistas y producir un impacto positivo en el entorno en donde actúa. Además, esto ha de hacerlo obteniendo beneficios (económicos en un caso, sociales en otro), cuantos más mejor. Es decir, ha de ser eficaz prestando servicios y eficiente en la forma de prestarlos.
En nuestra historia reciente ha habido muestras suficientes de organizaciones que no han sabido compaginar la eficacia con la eficiencia a la hora de prestar los servicios que les son propios.Habitualmente desaparecen después de un periodo más o menos largo.