Desde esta orientación a los procesos, podemos entender la gestión del conocimiento
como el conjunto de procesos que utilizan el conocimiento para la identificación y
explotación de los recursos intangibles existentes en la empresa, así como para la
generación de otros nuevos.
El aprendizaje es el proceso de transformación y de incorporación del conocimiento,
tanto a nivel de persona, como de grupo o de organización en su conjunto. Según Nonaka
y Takeuchi, como ya vimos cuando describimos su modelo de creación de conocimiento,
se va convirtiendo de tácito en explícito y a la inversa a lo largo de cuatro procesos:
socialización, externalización, combinación e internalización.
Pero estos cuatro procesos, a través de los cuales el conocimiento se extenderá y
creará a lo largo de la organización, tienen que estar enfocados a la resolución de
problemas, la innovación y la creatividad. Cuando hablemos de la creación de
conocimiento detallaremos más algunos métodos que ayudan a realizar estos tres procesos.
Es tareas de la gestión de la organización orientar estos procesos hacia los objetivos
de la organización. Y, aunque es difícil puesto que todos estos procesos se dan en el
interior de las personas, hay algunas acciones que sí se pueden llevar a cabo.
Pensemos por un momento cuáles serían las condiciones que nos ayudarían a ponernos ante
la tarea de resolver un determinado problema: