Cualquier arquitectura permite integrar en un todo a un conjunto de sistemas que los
componen. De este modo, una arquitectura tecnológica ha de permitir integrar un conjunto de
sistemas (documentación, información y conocimiento) y herramientas (de generación,
codificación, transferencia y aplicación) con el propósito de gestionar el conocimiento en la
organización. Aquí es el propósito -la gestión del conocimiento- el que da sentido y
significado a cada uno de los sistemas y herramientas. No son sus características técnicas,
la mayoría de ellas también se utilizan para otros fines y en otros sistemas, sino su
integración en esta arquitectura creada para gestionar el conocimiento.
Una arquitectura tecnológica de gestión del conocimiento supone la definición de un marco
de referencia que refleje el modelo de empresa desde el punto de vista del conocimiento y su
gestión.
Los objetivos básicos que hay que tener en cuenta a la hora de diseñar la arquitectura
tecnológica son: