Con todo lo dicho hasta aquí, en el caso de la arquitectura de gestión de la información,
vamos a ver los principales elementos que hay que tener en cuenta a través de un ejemplo.
El objetivo de estos sistemas es facilitar la toma de decisiones a la alta dirección de
las organizaciones teniendo en cuenta la información más importante y relevante para cada caso.
Esto quiere decir que, por un lado, estos sistemas tienen que ser capaces de recoger
información, tanto interna como externa, y por otro tienen que ser capaces de procesarla de
forma que el directivo pueda consultarla y recibir una respuesta que sea fácil de interpretar.
Cuando se desarrollan estos sistemas, hay que tener muy presente las necesidades que
cada organización tiene, y la forma en la que los directivos llevan a cabo el proceso de
toma de decisiones. Para empezar, se ha comprobado que la fuete de información que más
utilizan no es la formal (bases de datos, estudios de mercados, información financiera,
etcétera) sino la informal, a través de unas redes de relaciones que cada directivo se forma.
En cualquier caso, algunos de los puntos clave de un sistema de estas características son: