No todo el mundo es bueno. Lo cierto es que a menudo tenemos que confrontarnos con personalidades difíciles. No podemos evitarlo. Lo mejor es estar preparado para ello y conseguir los objetivos que nos hemos fijado. No basta lamentarse y sufrir, se trata de analizar como estas personas funcionan, por qué actúan de esta forma y evitar situaciones nefastas, y superar los obstáculos que nos ponen en nuestro camino.
Las dos reglas básicas para tratar con gente difícil
No existe la "gente difícil", solamente hay personas a las que necesitamos saber cómo tratar...
Releer la primera
Antes de avanzar en el tema es importante darnos cuenta si nosotros mismos somos gente difícil... A modo de ilustración, recordemos el siguiente chiste: un conductor oye un aviso en la radio que anuncia que un vehículo se ha despistado y circula por la autopista en sentido contrario, a lo que el conductor en cuestión comenta airado a su mujer, "no uno, ¡cientos están circulando en dirección contraria!"....
Si encontramos a la mayoría de personas difíciles, quizás el problema esté en nosotros. No todos somos iguales, nuestra formación, origen, experiencia nos hacen diferentes. A veces no es fácil darse cuenta que no se trata de gente difícil sino de personas diferentes.
¿Qué hacer?
Ante todo hay que evitar tomar los conflictos que nos plantean las personas difíciles, de forma personal. Quizás lo mejor es ir al grano y preguntarnos lo que queremos alcanzar o conseguir del encuentro en cuestión.
Para ello es importante decidir antes del encuentro:
Cuál es el objetivo de la reunión o entrevista
Cuáles son los resultados clave que queremos alcanzar
Si es necesario, cambiar nuestra conducta para obtener el máximo del encuentro.
Aunque sea un poco cruel decirlo, hay que pensar que en realidad pocas personas se sienten preocupadas por nosotros. A veces tenemos la sensación, que seguramente proviene de la infancia, de creer que importamos a todo el mundo. Probablemente importamos a alguien, pero seguramente son pocos.
El problema es que la gente difícil sólo se preocupa de ella misma de forma absoluta, y no les importamos en absoluto. La sola ventaja es que la conducta de la gente difícil es fácil de prever. En general, son difíciles con todo el mundo, no sólo contigo. Caer en la trampa de intentar "caerles bien" o cambiar su conducta es simplemente imposible...Con lo cual, lo más eficaz es buscar la mejor forma de tratar con ellos con el fin de obtener lo que finalmente queremos. Dado que son previsibles se trata de ir preparados, sabiendo de antemano sus habituales reacciones...
Los 9 tipos básicos de personas difíciles
Aún a costa de simplificar, podemos clasificar las personas difíciles en 9 tipos, sin olvidar que a veces se pueden dar conductas de tipo mixto, es decir que pueden tener componentes de tipos diferentes.
- El Tanque
- El Tirador
- El Explosivo
- El Quejoso
- El Silencioso
- El Super Agradable
- El negativo
- El Sabe todo
- El Indeciso
En 1988 un experto en gestión de empresas (Bramson), identificó tres tipos de personas agresivas:
- El tanque
- El tirador
- El explosivo
El Tanque
Sherman lo describe de la forma siguiente:
El término tanque describe acertadamente lo que hace una persona hostil. Vienen cargando. Son abusivos, abruptos, intimidatorios y pesados. Atacan las conductas individuales y las características personales. Nos bombardean con un sinfín de críticas y argumentos. Acostumbran a conseguir sus objetivos a corto plazo, pero al precio de perder amigos y erosionan las relaciones personales a largo término.
Los tanques tienen una necesidad imperiosa de probar a ellos mismos y a los demás que su punto de vista del mundo es el correcto y acertado. Tienen un fuerte convencimiento de cómo los demás deben actuar, y no tienen ningún problema en decirlo abiertamente.
Valoran la agresividad y la seguridad en uno mismo. Esta creencia les hace devaluar a aquellas personas que no tienen estas cualidades. La creencia básica de este tipo de persona es: " Si yo puedo hacer evidente que eres débil, remarcar tus errores y equivocaciones, entonces Yo voy a aparecer frente de ti y de los demás como fuerte y seguro"
El Tirador
Los tiradores prefieren una conducta más encubierta. Detrás de una barrera de aparente amistad, lanzan ataques de todo tipo, insultos, críticas ácidas, bromas de mal gusto sin andarse con rodeos. Los tiradores utilizan normas sociales para crearse un puesto protegido desde el cual pueden lanzar objetos llenos de ira o de envidia.
Saben utilizar sus misiles verbales con señales no verbales de "fair play" y de compañerismo. Esto crea situaciones donde cualquier retaliación contra el tirador aparece como un acto agresivo, pareciendo que atacamos en vez de defendernos.
De forma parecida a los tanques de Sherman, los tiradores creen que el provocar que los demás aparezcan como los "malos" ellos aparecen como "buenos". Tiene también la convicción de saber lo que los demás tienen que hacer, pero sus constantes críticas ácidas provocan la desmotivación de sus colegas más que producir resultados.
El Explosivo
Los estallidos de cólera pueden estallar de pronto en medio de una conversación que aparentemente era amigable. Generalmente ocurren cuando el destructor se siente amenazado física o psicológicamente. La mayoría de las veces la respuesta del destructor a una posible crítica es un estallido de cólera seguido de reproches o sospechas.
El Quejoso
Los quejosos se quejan acerca de todo, pero nunca están dispuestos a emprender alguna acción que pueda cambiar su situación. Encuentran defectos en todo.
Las constantes quejas pueden causar a las personas de su entorno el mostrarse defensivas. Los quejosos se ven a ellos mismos impotentes, con soluciones para todo y perfectos. Estas creencias hacen que los quejosos conviertan la solución de problemas en quejas. El sentimiento de impotencia les causa el pensar que ellos no pueden cambiar las cosas, con lo cual es mejor quejarse de aquellos que podrían y no lo hacen.
El Silencioso
Las personas "silenciosas" hacen frente a situaciones desagradables o conflictivas con una arma simple: callarse.
Lewis-Ford, otro profesor de gestión de empresas, escribió en 1993:
La no respuesta usando el silencio es una arma de defensa para evitar desvelarse a uno mismo, con lo cual uno puede evitar cualquier crítica o enfrentamiento . Por otro lado el silencio puede ser usado como un instrumento agresivo y ofensivo que hiere a los demás por no poder acceder a la persona en cuestión.
A veces el mantener el silencio es una forma de evitar enfrentarse a la propia realidad. Cuando las palabras son pronunciadas, ellas revelan pensamientos o miedos de la persona, que quizás pueden asustar. El silencio puede usarse para esconder miedo, rabia o puede mostrar un desprecio a la cooperación con los demás.
El Super Agradable
Este tipo de persona se muestra siempre razonable, sincera y suportiva ante nosotros, pero no siempre realiza lo que esperamos de ella, nos decepciona.
Quieren ser amigos de todo el mundo, aman las atenciones. Pero hay una parte oscura, tienden a hacernos creer que todo lo que decimos está bien, muestran su acuerdo a nuestros planes y después nos dejan colgados.
Volviendo a Bramson:
Todos necesitamos sentirnos aceptados y queridos por los demás. Existe un punto de equilibrio entre la necesidad de realizar adecuadamente un trabajo y al mismo tiempo esperar que al conseguirlo también obtendremos reconocimiento por ello.
El problema para este tipo de personas es que el peso está desplazado hacia un extremo y sienten una necesidad desesperada de ser queridos por todo el mundo. Su método para hacerse aceptar es decirte las cosas que te gusta oír. También saben usar el humor como medio para aligerar la conversación con los demás.
Este tipo de persona difícil presenta un problema cuando nos conduce a creer que está de acuerdo con tus planes y luego te deja tirado. Su fuerte necesidad de dar y recibir amistad puede chocar con los aspectos negativos de la realidad. Ello le obliga a comprometerse en planes o acciones que no pueden realizar hasta el final.
El Negativo
La persona negativa tiene una influencia corrosiva en grupos y puede ser muy desmotivadora para los individuos de su entorno.
Un psicólogo llamado Rosner nos lo describe de forma clara.
El negativo se puede describir como una personalidad que no solo está en desacuerdo con un gran número de temas en el seno de un grupo, sino que también es el primero en criticar los progresos del grupo. Aunque sus críticas pueden ser interpretadas como constructivas, en realidad lo que produce es entorpecer el progreso del grupo y causa un impacto negativo en las relaciones interpersonales en una situación determinada.
Otra personalidad parecida al negativo es el escéptico. Los dos comparten su capacidad en destrozar y enmarañar las situaciones ya difíciles por ellas mismas. Su crónica negatividad crea al cabo de un cierto tiempo el rechazo de los miembros de un determinado grupo.
Generalmente el carácter de este tipo de personas difíciles es consecuencia de sus propias dificultades en hacer frente a sus profundos conflictos internos. Ello produce el sentimiento que no tienen poder sobre sus propias vidas. Los negativos creen que todo el mundo puede describir y comprender el pozo de decepción que ellos sienten hacia la humanidad y hacia nuestra propia imperfección.
Mientras que estas personas están increíblemente resentidas acerca la vida y como el mundo las trata, son capaces de tener profundas convicciones personales acerca cualquier tarea que se encuentren. No obstante, si ellos no están directamente a cargo del proyecto, este fracasará porque están convencidos que nadie puede realizar estas determinadas tareas tan bien como ellos.
El sabe todo
Los sabe todo tienen una abrumadora necesidad de ser reconocidos por sus habilidades intelectuales. Son aburridos, sosos y muy tediosos.
Dos expertos nos hablan de ellos, primero Raffestein:
Los sabe todo pueden provocar sentimientos de cólera, resentimiento y a veces incluso violencia en los demás.
Otro experto, Keyton en 1999 afirma que
Los sabe todo puede sufrir la falta de auto reconocimiento o quizás es incapaz de participar al nivel que el/ella querría contribuir en la marcha del grupo. Tomar tiempo para escuchar los largos discursos del Sabe todo nos puede llevar a perder el tiempo que necesitamos para completar los proyectos o acciones que tenemos entre manos.
Los sabe todo son personas complejas. A veces pueden ser agresivas. Cuando están convencidas que tienen razón, es una pérdida de tiempo tratarlas de convencer.
Un segundo tipo de Sabe todo son aquellos que dominan cualquier conversación y les encanta ser el centro de atención. El problema es que si leen un recorte de prensa sobre un tema, ellos ya son unos expertos.
Volviendo a Bramson:
Los problemas de los "Sabe todo" surgen de la necesidad de que los demás piensen de ellos que son importantes y que merecen respeto. Generalmente las personas que se tienen que enfrentar a una situación en la que está implicado un "Sabe todo" finalmente son confrontadas a una frustración.
El Indeciso
Dentro del indeciso hay un perfeccionista que intenta salir. El problema es que no lo consiguen. Según Bramson este tipo de personalidad puede clasificarse en dos categorías. Una que quiere que las cosas se hagan a su manera o nada; la segunda, son aquellas que ponen palos en la rueda en cualquier reunión mediante comentarios que no hacen más que frustrar a los colegas.
El indeciso generalmente no es muy hábil en comunicar sus propios pensamientos, necesidades, y opiniones a los que le rodean. Lo que sucede es que este tipo de personas es incapaz de enfrentarse a situaciones estresantes, sea cual sea el nivel de estrés.
Para hacer frente al estrés lo que hacen es dejar todo para más tarde, con lo cual los colegas se encuentran con dificultades.
A pesar de su éxito en dejarlo todo para más tarde, en especial las decisiones, el típico indeciso se estresa fácilmente. Ello no significa que no comunican una decisión o sentimiento a través de comunicaciones indirectas. De hecho son muy hábiles en comunicación no verbal, murmurar o gruñir, o incluso contacto visual.
En resumen hablan con frases cortas, no siempre claras, que fácilmente son ignoradas por los colegas, lo que provoca un monto de frustración en ambas partes.