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Las diferentes culturas en el contexto Europeo Probablemente en vuestra vida profesional tenéis contactos con otros profesionales de otros países de Europa. Si antes hemos hablado de perjuicios y de lo negativo que es el hecho de juzgar a una persona por el sólo hecho de pertenecer a un determinado país, ello no obsta que existan diferencias reales entre cada uno de ellos que hay que tener en cuenta cuando nos comunicamos con ellos. Todos sabemos que por ejemplo la puntualidad es algo muy preciado en algunos países y no en otros. Sin entrar en un estudio profundo si que creo que puede ser interesante dar una ojeada a lo que nos brindan estas diferentes culturas. En el mundo de los negocios y de la organización industrial ha estado dominado, después de la Segunda Guerra Mundial, por el binomio capitalismo-comunismo. Debido a ello en parte, las filosofías como el racionalismo francés, el humanismo italiano y el holismo alemán quedaron un poco periféricos frente a la oposición entre el empirismo de Adam Smith y el dogmatismo de Marx. En parte ese duopolio fue roto por el estilo japonés de gestión de empresas. No obstante la más viable de las alternativas al duopolio idelógico fue probablemente por un europeo convencido, el psiconalista Carl Jung (1875-1961), en los años 30 y fue más tarde adaptado por los psicólogos de los 70. Al mismo tiempo, mientras Jung en los 30 se le veía totalmente desconectado del mundo de la empresa, Mary Briggs (1980) desarrolló un sistema que ha sido largamente desconectado de Jung. Veamos un poco sus conceptos acerca de los tipos psicológicos. Carl Gustav Jung Las personas, de acuerdo con Jung, perciben es decir se dan cuenta y juzgan, es decir llegan a conclusiones de las palabras en diferentes maneras. Específicamente, él afirma, hay dos modos de percibir, es decir, alternativamente, sentir e intuir. A través de las sensaciones conscientes de las personas y de los objetos directamente a través de nuestros sentidos. A través de la intuición inconsciente, percibimos las personas y los objetos indirectamente por medio de ideas o asociaciones con las que el inconsciente vincula a las percepciones del mundo exterior. Al mismo tiempo, para Jung, hay dos modos contrastados para formar conclusiones o hacer juicios. Uno es por pensamiento objetivo, que es un modo impersonal y lógico; el otro es por sentimientos, es decir, un proceso de apreciación subjetivo, otorgando un valor subjetivo a las personas y los objetos. De acuerdo con Jung, además, cada individuo es caracterizado por unos atributos personales dominantes y subordinados. De forma que uno es perceptual y el otro juicioso, y viceversa. Por ejemplo, mientras una persona puede combinar pensar con intuir, otra puede combinar sentimientos con sensaciones. Un individuo en particular, no obstante, no puede ser caracterizado ni por el pensamiento y el sentimiento, ambos, ni por la sensación y la intuición ambas. De hecho, para Jung, cada uno de nosotros lleva consigo lo que denomina una " sombra". Para la persona que tiene el rasgo determinante de pensar, la " sombra" de él o ella será ocupado por el sentimiento, para la persona en la que es predominante el tipo "sensación", su "sombra" tendrá la forma de intuición. Finalmente, y quizás lo más importante, Jung distingue entre la persona introvertida y extravertida. Mientras el primero está más preocupado por su mundo interior el segundo está predispuesto hacia el mundo exterior. Simplificando, un investigador sería del tipo introvertido y un vendedor sería del tipo extrovertido. |
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