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La formación no presencial en un entorno virtual de aprendizaje

Como definición genérica, será un formador on-line todo aquel que utiliza medios electrónicos para comunicarse con sus alumnos. Desde esta perspectiva, un formador que establezca una comunicación habitual mediante el correo electrónico con sus alumnos podría considerarse un formador on-line.

No obstante, cuando consideramos los elementos que intervienen en un proceso de aprendizaje, identificamos el entorno como un aspecto clave que determina la calidad del proceso. Por este motivo, consideramos que la formación on-line debe proveerse de un entorno adecuado para el aprendizaje, los denominados EVA.

En la actualidad, podemos encontrar una gran variedad de entornos virtuales de aprendizaje con estructuras y funcionalidades distintas.


Un entorno virtual puede llevar implícita una concepción u otra del proceso de enseñanza-aprendizaje y otorgar al formador un papel determinado.

El EVA va a ser el punto de encuentro entre el formador y el estudiante o el grupo de estudiantes. Éste deberá disponer de los recursos necesarios para el aprendizaje, desde la planificación del curso y los contenidos básicos hasta las herramientas y espacios de comunicación necesarios para garantizar un aprendizaje de calidad.

La figura del formador y la existencia de ese EVA deben ser elementos suficientes para diferenciar un proceso de formación on-line de uno de autoaprendizaje. El formador on-line debe estar atento a las necesidades de sus estudiantes y debe ayudarles a situarse como protagonistas y responsables de su propio aprendizaje, pero sigue compartiendo con el estudiante la responsabilidad con respecto al éxito o al fracaso del proceso.

Un EVA puede mostrar diferentes tipos de espacios y funcionalidades: de tipo informativo, formativo, para promover la comunicación y para resolver necesidades de gestión de los estudiantes.


Un EVA debe ser ágil y de fácil uso para los estudiantes.

No tendría sentido el hecho de que apostar por el incremento de funcionalidades del EVA implicara añadir al esfuerzo del estudiante, por seguir cualquier acción formativa, un esfuerzo adicional para situarse y desenvolverse en el entorno.

Utilizar un entorno virtual de aprendizaje no puede ser una decisión arbitraria, ya que tanto la puesta en marcha como el mantenimiento y el apoyo a los usuarios del entorno va a suponer unos costes y una dedicación importante por parte de la institución que ofrece la formación.

Como cualquier herramienta para el aprendizaje, un entorno virtual es un elemento más en relación con todos los que se ponen al alcance del estudiante para facilitarle el aprendizaje. Debemos procurar que el entorno utilizado contribuya al máximo y no interfiera en este proceso.

El uso de un entorno virtual de aprendizaje implicará que la institución que ofrece la acción formativa vele por su correcto funcionamiento.

El uso de la tecnología es el medio para conseguir un buen sistema de formación, nunca es el fin en sí mismo.

 
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