Desgraciadamente, todos tendremos la imagen de aquel formador que, al cabo de diez años de ejercer como docente de un curso, utiliza los mismos apuntes y los mismos recursos que el primer día, sin apariencia alguna de estar atento a los cambios que se producen en su entorno.
Cuando esta imagen se produce en un proceso de formación on-line, la decepción por parte del estudiante es aún mayor y puede significar fácilmente un motivo de desaliento en el seguimiento del proceso.
La actualización de los materiales puede responder a distintas necesidades:
- La experiencia previa ha demostrado que determinados planteamientos o actividades no facilitan el aprendizaje esperado.
- Algunos contenidos se han visto modificados o han evolucionado.
No siempre resulta posible una actualización completa de un material por razones de tiempo o de coste. No obstante, en los casos en que no sea posible esta actualización, el formador debe ofrecer a los estudiantes la sensación de garantía y seguridad con respecto a los materiales que están utilizando. Puede conseguirlo dando una información clara y detallada de sus limitaciones y de las alternativas que se ofrecerán para solventarlas.
En el caso en que la actualización de los materiales no responda a un proceso de edición y sea el formador el responsable de introducir las actualizaciones necesarias, es muy importante mantener la coherencia entre los recursos proporcionados.

En ocasiones, la forma de actualizar un material consiste en proporcionar al estudiante más recursos, lo que le llevará a tener dificultades para identificar cuáles son los recursos de aprendizaje básicos y cuáles son complementarios.
Algunos sistemas de evaluación de materiales consideran como un indicador de valor la fecha de creación del material y las de las posteriores modificaciones realizadas. Esta información puede ser de interés en un documento con un carácter más estático, como un libro, pero pierde algo de interés cuando nos referimos a los materiales didácticos.
De hecho, un material didáctico que se utilizará en un entorno de formación virtual debe ser actual por definición. Ello no implica que año tras año debamos reinventar las mismas cosas, pero sí incluir o eliminar aquellos aspectos que sitúen el material fuera de su tiempo. Para el estudiante, el material didáctico es un instrumento de aprendizaje, aquí y ahora, por lo que debe producir en él la sensación de que ha sido concebido para acompañarle en su proceso de aprendizaje.
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La actualización de los materiales implica que el estudiante perciba el material como útil para su proceso de aprendizaje en el momento preciso en que se encuentra.
Actualizar implica reestructurar, no sólo se trata de añadir nuevos recursos, actividades e información, que pueden llegar a saturar al estudiante.
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