La tumba de Seti I |
Los enterramientos reales del Reino Nuevo constan de dos elementos: la tumba y el templo funerario, ambos situados en la necrópolis de Tebas, en la orilla oeste del Nilo. La tumba es un hipogeo excavado en el Valle de los Reyes. Los templos, llamados por los egipcios "templos de millones de años" se sitúan en el límite de la zona cultivada y están orientados en dirección este-oeste, según el eje solar.
Arquitectónicamente, esta tumba presenta varias innovaciones. La primera de ellas es la adición de una cámara en la primera sala de pilares, un rasgo que se mantuvo en la mayoría de tumbas de la dinastía XIX. Otra es la adición junto a la cámara funeraria de dos cámaras de pilares y numerosos nichos. La cámara funeraria está por primera vez abovedada. En el suelo de la cámara funeraria fue excavado un pasillo descendente que se adentra más de 150 metros en la montaña tebana y conduce a lo que se conoce como cámara K, una cámara de difícil interpretación. En 1991 esta tumba se cerró al público ya que existe peligro de derrumbamiento. Los motivos iconográficos que la decoran presentan también importantes novedades. Así, debe destacarse que el techo de la cámara funeraria presenta la decoración conocida como "techo astronómico", que representa la bóveda celeste y las principales constelaciones. Textos e imágenes del Libro de las Puertas y de Las letanías de Re ocupan los pasillos de acceso y no la cámara funeraria, mientras que los pasillos más bajos se decoran con escenas del Ritual de la apertura de boca.
El templo funerario de Seti I es el más septentrional de todos los templos de Tebas oeste que se encuentran en el límite del área cultivada. Este templo estaba consagrado a Amón-Re, divinidad principal en el Reino Nuevo, y al culto de Rameses I, padre de Seti I. El templo, que fue terminado por Rameses II, consta de dos patios a los que se accede por medio de pilonos. El recinto cuenta con un palacio funerario, un elemento que aparece aquí por primera vez y que fue incluido en todos los templos funerarios posteriores. El palacio funerario tenía una función precisa: que el rey difunto cumpliera sus funciones como soberano en el más allá. La planta de estos palacios funerarios es siempre la misma. Están construidos al oeste del primer patio del templo y constan básicamente de tres estructuras: una sala hipóstila, una sala del trono, en la cual se colocaba una estatua del faraón, y una "ventana de apariciones", la cual pone en contacto el palacio con el primer patio del templo. El ejemplo mejor conservado es el del templo funerario de Rameses III en Medinet Habu.
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