La diversificación de las carteras de valores

Con la diversificación se pretende reducir el riesgo total de la misma, eliminando o disminuyendo significativamente el riesgo intrínseco o no sistemático que supone invertir en uno o pocos valores.

No obstante, es un hecho probado que la diversificación de los valores que componen una cartera no acaba de eliminar por completo el riesgo de la misma.

Al principio, a medida que añadimos títulos a una cartera, la diversificación reduce el riesgo rápidamente, pero más tarde esta reducción tiene lugar más despacio; a partir de 20 valores de sectores distintos, el riesgo no sigue reduciéndose de manera tan apreciable.

La causa por la que el riesgo no puede ser eliminado completamente por medio de la diversificación es la existencia del riesgo sistemático.

El riesgo no sistemático es aquel que afecta a un valor a causa de las particularidades de la empresa o del sector al que ésta pertenece. Si se diversifica invirtiendo el dinero en varios valores, el riesgo único puede llegar a desaparecer, debido a que los factores que influyen en una empresa o en un sector de la economía pueden no afectar a otras empresas o sectores.

En consecuencia, la diversificación elimina el riesgo no sistemático o único, pero no puede eliminar el riesgo sistemático o de mercado.

El riesgo de una cartera se mide mediante la desviación típica o varianza. Teniendo en cuenta que el riesgo de una cartera de valores depende no sólo de los valores considerados individualmente, sino también de la correlación entre sus rendimientos, la varianza de una cartera de valores se calcula sumando las varianzas ponderadas de cada uno de los títulos y las covarianzas entre cada par de títulos ponderadas por las proporciones invertidas.

A diferencia de la rentabilidad global de una cartera, que es la suma ponderada de las rentabilidades individuales, en el riesgo de una cartera medida por la varianza, tienen una influencia determinante las covarianzas o correlaciones entre el comportamiento de los valores.

Para conocer la contribución de un título individual al riesgo de una cartera bien diversificada, es necesario conocer el riesgo de mercado de dicho valor, lo cual equivale a medir su sensibilidad respecto a los movimientos del mercado. Esta sensibilidad de la rentabilidad de una inversión ante las oscilaciones del mercado se conoce como el beta de la inversión.

Contenido complementario

Una cartera diversificada compuesta por acciones con un beta elevado es más arriesgada que una cartera compuesta por acciones con betas bajos. El riesgo de una cartera bien diversificada depende de la beta media de los títulos incluidos en ella.

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