Definición de productos

Ya empiezo a oír a algunos de vosotros, impacientes "¡Bueno, ahora sólo falta que me digan los productos que tengo que vender! ¿Es que voy a tener que cambiar mis productos?"

Bueno, no siempre, no todos, pero quizá en parte, sí. Está claro que cuando una empresa establecida pretende implantarse comercialmente en la Red, lo hace para vender en la misma sus productos. Lógico y normal, así debe ser. Pero vamos a hacer algunas puntualizaciones:

  1. Los productos por Internet ya no son exactamente lo que eran. Veamos:
    • Cuando alguien vende flores por Internet, ¿qué sentido tiene?
    • Cuando alguien vende libros por Internet, ¿qué sentido tiene?
    • Cuando alguien vende alimentación por Internet, ¿qué sentido tiene?

    Sí, ¿qué sentido tiene? Encontramos todos esos productos en nuestra ciudad sólo con bajar a la calle y entrar en una tienda. ¿Entonces?

    La respuesta es que estas tiendas virtuales no venden sólo flores, libros o alimentación. Venden servicio. La floristería virtual nos recuerda el aniversario de nuestra pareja y, de paso, nos propone enviarle unas flores. Desde la comodidad de nuestro hogar podemos repasar extensísimos catálogos de libros, leer las críticas que de los mismos hacen quienes ya los han leído, pedir sugerencias basadas en nuestros gustos y, por fin, comprarlos. La telecompra de alimentación está dirigida a aquellas personas que no tienen tiempo para ir a comprar o a aquéllas a quienes no les gusta ir a comprar.

    En todos estos casos vemos que Internet permite dar la vuelta a estos productos y, mediante éstos, aportar al cliente valores como comodidad, información, tiempo, etc. Por lo tanto, Internet nos permite cambiar los productos añadiéndoles valores diferentes cuyo límite es, en muchos casos, nuestra propia imaginación.

  2. Como he dicho anteriormente, pueden integrarse en nuestra comunidad clientes que nunca habíamos imaginado, quizá de otros países, de otros sectores, gente que encuentra útiles nuestros productos para otras aplicaciones que las que habíamos pensado nosotros. También es más fácil que, gracias a la interactividad de Internet, nuestros clientes nos expresen con más concreción cuáles son los productos que querrían poder adquirir y, en consecuencia, "aparecerán" nuevos productos.
  3. Tenemos la oportunidad de ofertar productos Internet. Es decir, productos que nuestros clientes sólo pueden conseguir por Internet. En muchos casos se tratará de servicios, aun cuando nuestra empresa suministre productos tangibles. Es importante desarrollar algún tipo de producto de información, cuya ventaja es que lo podemos distribuir por la Red de forma rápida y gratis.
  4. A causa de la diversidad de públicos que habremos captado y también para luchar contra el problema de la falta de confianza inicial de los clientes, es bueno desarrollar diferentes versiones del mismo producto: demo, básica, estándar, de lujo, versiones en diferentes idiomas, etc. Con ello cubriremos el máximo de requisitos de todos nuestros clientes en prestaciones y precios (no olvidemos las diferencias económicas entre países).

Bien, y si hay que desarrollar nuevos productos, ¿qué opciones tenemos para ello? Afortunadamente, Internet nos puede ayudar también en esta tarea. Para crear nuevos productos o modificar los que teníamos encontramos diferentes posibilidades:

  1. Crearlos.
  2. Adquirir los derechos de un producto existente.
  3. Vender el producto de otros.
  4. Asociarnos para desarrollar conjuntamente el nuevo producto. (Debemos comentar algo sobre este último apartado.)

En la cultura Internet funcionan muy bien las colaboraciones y los intercambios, es decir, colaboraciones que no se formalizan mediante empresas conjuntas, sino que ponen en común productos, informaciones, clientes, etc. para conseguir un mayor potencial de ambas partes. Es decir, que en Internet 2 + 2 no son 4, sino que pueden ser mucho más. Sin embargo, para conseguir este máximo potencial resulta fundamental haber definido bien los puntos 1 y 2: público objetivo y posicionamiento. Esta definición es la que nos permitirá encontrar complementariedades con nuestros socios potenciales. Estos socios pueden ser, incluso, competidores en el mundo físico que, en la Red, se han diferenciado claramente de nosotros. Así que ya podéis empezar a buscar a vuestro alrededor con quién os podríais asociar y qué es lo que os podría aportar esta asociación.

Ejercicio

Los clientes cada vez influenciarán más los productos que les ofrezcamos.


Hay que intentar redefinir nuestros productos estudiando cómo podemos enriquecerlos, combinándolos con el potencial de Internet.


Es conveniente explorar las posibilidades de colaboración con otros actores de la Red para la creación de productos nuevos.

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