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Sistemas de financiación
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Del dicho al hecho
Sobra decir que el tema económico es el punto
más delicado de un proyecto empresarial. Las empresas se crean para
llevar a cabo una actividad de forma rentable. Las empresas digitales no representan ninguna excepción al respecto.
Hay, además, un punto que es imprescindible
remarcar: las empresas que tienen como fin básico la obtención de
beneficios están dirigidas por especialistas en la gestión de empresas,
profesionales formados precisamente para ganar dinero. No obstante,
si estamos hablando de una empresa promovida
por profesionales no especialmente formados en la gestión empresarial, es bastante probable que el orden de los factores
sea justo el inverso: se crea una empresa para realizar una actividad
que se espera que sea rentable o, como mínimo, que genere lo suficiente
como para ir pagando los sueldos, ir consolidando el proyecto e ir
mejorando las expectativas.
En este apartado vamos a tratar un aspecto
más, absolutamente clave, que no tiene una relación directa con la producción de tareas relacionadas con nuestro proyecto, pero que va a condicionarlo radicalmente: la obtención de ingresos, el buen aprovechamiento de los
sistemas de financiación. Se trata de una tarea que posiblemente nos quitará horas
de sueño y nos aportará una tensión arterial no deseada, pero,
cuando dé sus frutos, nos reportará las satisfacciones más
intensas.
|  | | La prueba de fuego de una empresa de producción de contenidos y servicios digitales
es que el proyecto encuentre los recursos necesarios y siga adelante.
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El capital necesario para empezar
Dependiendo de la actividad que pensemos desempeñar, adoptaremos
un formato empresarial u otro. Podemos ser profesionales autónomos
al mando de una empresa unipersonal, podemos formar una pequeña sociedad
con unos compañeros (sociedad limitada, sociedad civil, sociedad cooperativa...),
o podemos embarcarnos en una aventura más voluminosa con accionistas,
un proyecto a lanzar, un equipo a integrar y unos objetivos económicos
a cumplir a medio plazo.
Exceptuando la empresa unipersonal, el profesional autónomo, los otros
tipos de empresa pueden combinar las siguientes fuentes de financiación:
- Capital aportado por trabajadores. En
las sociedades pequeñas es habitual encontrar a socios que son trabajadores
contratados por la misma empresa. En el caso de las cooperativas,
los socios son a la vez trabajadores. El capital aportado
puede venir de ahorros, de la capitalización del subsidio de paro,
de un crédito personal, etc. Las aportaciones en especie no son
habituales en las empresas digitales.
- Aportaciones de socios capitalistas. Aportaciones de capital
realizadas por personas físicas o jurídicas que participan en la
empresa. Su interés no radica tanto en el hecho de desempeñar una
actividad en el ámbito personal, como en permitir que con su dinero
se lleve a cabo dicha actividad, y que genere frutos. En esta categoría
podemos enmarcar desde las aportaciones realizadas por compañeros
o familiares casi a título de préstamo o de apoyo, hasta las participaciones, generalmente más cuantiosas, como las de los
business
angels o los inversores
de capital riesgo.
- Créditos y préstamos. Dependiendo de las dimensiones del
proyecto, la suma a solicitar y los avaladores de los que dispongamos,
podremos obtener unas condiciones u otras. Entidades financieras
como el Banc de Sabadell están abriendo unas líneas de préstamos
que casi rozan las condiciones de un inversor. También podemos encontrar
capital riesgo en forma de préstamos de pequeños inversores especializados
en tecnologías de la información. En este caso, se acostumbran a
pactar unas condiciones blandas del retorno del préstamo a cambio
de participaciones en la empresa.
Servicios personalizados de información
Una vez puesto en marcha el proyecto, empezamos a producir, y los
ingresos deben empezar a llegar, aunque sea tímidamente.
Pretender cobrar por unos contenidos estándar siendo unos desconocidos
es un poco suicida, especialmente si tenemos en cuenta que incluso proyectos de contenidos de pago como los promovidos por Microsoft o el New York Times
tuvieron que dar marcha atrás en su momento.
Las posibilidades que se nos ofrecen dentro de los servicios personalizados
de información son diversas:
- Ingresos por suscripción. Deberemos trabajar un tipo de
información de forma especializada, y lo deberemos saber hacer y
saber vender lo suficientemente bien como para generar la confianza
de unos clientes en un medio en el que, de momento, no hay tradición
de pago a cambio de contenidos, ni siquiera aunque sean personalizados.
Deberemos ofrecer un servicio con una calidad y un precio competitivo
no sólo respecto a otros medios en Internet, sino respecto a servicios
de información especializada fuera de la Red. En este sentido, deberemos
trabajar intensamente los aspectos distintivos del medio digital:
rapidez de distribución, personalización, interactividad, información
multimedia, background y bases de datos, y necesitaremos
un buen plan de marketing para abrir camino.
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- Consultoría. Utilizando la Red como punto de contacto,
podemos desempeñar servicios de consultoría, en tanto que podamos
ofrecer información fresca de primera mano, contactos y criterio
contrastado. Para ganarnos la confianza de los posibles clientes
no sólo deberemos trabajar bien la información que publiquemos y
su correspondiente marketing, sino que deberemos aportar dosis de
marketing al nombre de nuestra empresa o a nuestra propia persona.
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- Colaboraciones con medios tradicionales. Si tenemos bien
engrasada la máquina de producción de metainformación, podemos crear
contenidos para medios tradicionales ateniéndonos a las tarifas
de freelances y colaboradores.
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- Suministro de contenidos a otras publicaciones. Podemos
obtener ingresos suministrando contenidos a webs que los
precisen. Portales, webs corporativas, comunidades, publicaciones
genéricas, etc., pueden estar interesados por nuestros contenidos,
o por nuestros servicios.
- Periodismo de trasfondo corporativo
y gabinetes de prensa. A nivel empresarial, nos puede resultar
útil jugar esta carta, ya que aquí sí que podemos encontrar organizaciones,
instituciones, corporaciones empresas, etc. que estén dispuestas
a incorporar una partida en sus presupuestos para ofrecer información
de calidad a sus socios, clientes, posibles targets, etc.
Nuestra empresa puede desarrollar una parte o la totalidad de estos
contenidos, pero deberemos vigilar que el desempeño de este tipo
de periodismo no perjudique la credibilidad de nuestra propia publicación
digital -si la tenemos- ante los lectores, interactores, suscriptores,
etc.
|  | | Jugar bien en los dos terrenos no es nada sencillo, como podemos comprobar
siguiendo iniciativas como ZDNet o Noticias Intercom. | |  |
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- Ingresos publicitarios. Muchas publicaciones digitales
confían únicamente en esta carta a la hora de conseguir la viabilidad
de sus iniciativas.
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- Venta de productos. Al igual
que la producción de contenidos de trasfondo corporativo, la venta
de productos puede aportarnos ingresos pero puede amenazar nuestra
credibilidad ante ciertos clientes. Nos lo pensaremos bastante antes
de poner en marcha nuestro propio comercio electrónico y, en todo
caso, no lo haremos sin su correspondiente plan de negocio avalado
por algún experto en la materia.
- Producción de webs.
Ésta es la especialidad que más ingresos ha generado durante estos
años. Todavía es un sector rentable,
pero también es el sector que más ha madurado debido a reajustes
de plantillas y cierres de empresas. Si nos planteamos la
producción de webs como una actividad secundaria para rentabilizar
nuestra redacción digital y multimedia, deberemos ser conscientes
de que nuestra competencia no nos permitirá muchos triunfos tranquilos.
La competencia está formada por equipos que llevan años optimizando
sus sistemas de trabajo e incrementando sus carteras de clientes.
La mayoría son empresas sólidas, algunas de ellas, filiales de empresas
multinacionales.
- Para esquivar
esta dura competencia deberemos preguntarnos:
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¿En qué aspectos somos mejores
que ellos?
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¿Qué
tipo de trabajos nos puede interesar y a ellos no?
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¿En qué situaciones
podemos serles útiles?
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- Formación. Internet y la elaboración
de contenidos digitales configuran un área de formación que cada
vez tiene más demanda.
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