Antes hemos dicho que en el listado de conocimiento debemos evitar las redundancias. Y lo
cierto es que es muy fácil que se produzcan porque cada conocimiento puede ser listado con
varios nombres sinónimos. Para evitar que un conocimiento se describa en dos fichas de manera
distinta debería de haber una persona o un equipo encargado de elaborar un vocabulario
controlado en el que se relacionaran los distintos términos y se especificara cuál hay que
utilizar. En el caso de que sea necesario añadir otro término, será la persona o el equipo que
ha elaborado el vocabulario quien lo hará.
De todas formas, conviene que la lista se verifique. Además de comprobar que los
conocimientos que en ella aparecen los puede utilizar realmente la organización, para lo que,
simplemente, verificaremos que existen los objetos que soportan dicho conocimiento, deberemos
asegurarnos que las personas que hacen uso de esos conocimientos están de acuerdo con la
descripción que se hace de ellos. Es decir, que comprenden la descripción y les parece
correcta. En algunos casos los objetos que se listan en la ficha del conocimiento son, o muy
genéricos, o muy específicos, y deben cambiarse.