El control de calidad es una tarea que consiste en comprobar el perfecto funcionamiento de todo el producto. Ello recae inicialmente en el equipo de programadores. Sin embargo, las revisiones no son solamente técnicas, sino que conllevan también una revisión del contenido y de la interacción del producto final, por lo que repercute en los especialistas del área de creación de contenidos y del área artística.
Los propios programadores acostumbran a revisar el producto para comprobar que todo funciona; aun así, se cuenta con un equipo de colaboradores externos que hacen un control de calidad, tanto de aspectos técnicos como de usabilidad y calidad de los contenidos.
La práctica idónea consiste en que alguien que no ha visto nunca el producto lo revise, porque será capaz de detectar aquello que no se entiende. Las personas del equipo interno que han trabajado en el proyecto desde sus inicios están «viciadas» por las decisiones que se han ido tomando a lo largo del proyecto y pueden ser menos objetivas en la revisión de un producto.