Producción audiovisual – La preproducción – El guión: el punto de partida
 
 

El guión es para el productor la base de su trabajo. Más allá de conformar una descripción detallada por escrito del producto audiovisual final, es una eficaz herramienta de comunicación que sirve para que todo el equipo comprenda cuál es el producto final y, consecuentemente, lleve a cabo las acciones oportunas.

Todo guión audiovisual debe incorporar:

  • Una descripción más o menos detallada del contenido visual del plano;

  • Una transcripción lo más precisa posible de los textos incorporados a la banda sonora (sean directos o en off).

Sin embargo, no es imprescindible:

  • Una descripción de los movimientos de cámara o elementos técnicos (esto se hará en el guión técnico).

  • Una descripción de los elementos necesarios para grabar determinados planos (esto corresponde al desglose).

Y nunca debe incorporar:

  • Elementos abstractos no traducibles en imágenes.

  • Una adjetivación excesiva que entorpezca la lectura.

En el CD de ejemplos encontraréis una muestra de guión.

  • Sección: Producción multimedia
    • Apartado: Producción audiovisual
      • Proceso de producción

Lo que sucede es que tiende a darse por descontado que «un guión lo escribe cualquiera»; tanto es así, que muy frecuentemente el guión lo elabora alguien con poca experiencia. Como responsables últimos de la producción de un audiovisual –tanto si ejercemos de editores multimedia y sólo lo encargamos, como si nos vemos obligados a ejercer de productores nosotros mismos– nuestro trabajo consistirá siempre en procurar que nuestro trabajo parta de los cimientos más sólidos, es decir, un buen guión.

 ¿En qué consiste un buen guión?

Un buen guión es aquel que consigue transmitir al público potencial el mensaje deseado. Obviamente, no es lo mismo escribir un musical de piratas que un vídeo sobre operaciones con laparoscopia: ni el público es el mismo ni el mensaje a transmitir tiene demasiado que ver. Y sin embargo hay semejanzas.

Los dos tienen como objetivo último llegar a un público y, para ello, tienen que poner todos los medios a su alcance. Es, pues, evidente que el vídeo de cirugía no tiene que resultar comprensible ni ameno para el común de los mortales, pero sí debería ser inteligible para su público potencial: médicos, cirujanos y estudiantes de medicina. ¿Quiere decir esto que hay que intercalar «chistes de médicos» cada cinco minutos de contenido «serio»? No, pero tampoco quiere decir que se deba intentar siempre el «más difícil todavía» y conseguir que se aburra hasta quien está interesado en el tema.

No conviene olvidar tampoco que ambos son productos audiovisuales y, por lo tanto, debería traducirse en imágenes y sonido todo aquello que fuese traducible, reduciendo las narraciones (literatura) y las imágenes fijas (fotografía) a la mínima expresión. En ambos casos estamos utilizando el audiovisual para contar cosas, pero no deberíamos escudarnos en el carácter científico de un vídeo para justificar que resulte soporífero, como sería el caso de una narración monocorde de diez minutos sobre una sucesión de imágenes.

¿Cuál es la mejor forma de contar nuestra historia?

Actividad


    Escribid una sinopsis para el vídeo sobre nuevas tecnologías aplicadas a la enseñanza.


 Narración audiovisual: el plano

La unidad mínima e indivisible en el lenguaje audiovisual es el plano. Más allá del propio significado del término, lo que a nosotros nos interesa son sus posibilidades expresivas y comunicativas.

La primera pregunta que debemos hacernos a la hora de escribir un guión audiovisual es «¿Qué vemos y oímos?». Tendremos que empezar a partir de una imagen –enmarcada en este caso por los límites temporales y espaciales del plano– y concatenarla con una sucesión de fotogramas hasta formar una narración ordenada en la que transmitamos un mensaje o información a nuestro público.

Nuestro hipotético vídeo sobre cirugía bien podría comenzar con un plano de un cirujano explicando las ventajas de la laparoscopia. Esto sería suficiente en el momento de escribir el guión, pero a la hora de grabar surgirían un montón de preguntas. ¿Cómo de grande debe verse al cirujano? ¿Desde dónde? ¿Se mueve la cámara? ¿Se mueve el cirujano? ¿Entra en plano o está ya dentro?

No desarrollaremos aquí los diferentes tamaños de plano –podéis consultar la bibliografía acerca de este tema– o los tipos de movimiento en torno al mismo. Sin embargo, cabe destacar que de todas las formas de narrar una historia no siempre la más obvia es la mejor. Incluso los vídeos sobre laparoscopia tienen su público y nuestra obligación como productores/editores multimedia es hacer el mejor vídeo posible, no el que ya ha sido hecho cientos de veces.

 Las expectativas

Una forma inteligente de plantear cualquier guión audiovisual es como si fuese un inmenso gotero del que sale la información al ritmo que nosotros queramos. No se trata de inundar el catéter con información que el espectador no puede asumir ni tampoco de escamotearle información.

Si dosificamos correctamente la información, el espectador deseará la siguiente dosis: a eso lo llamamos «crear expectativas».

Se trata de decidir qué queremos que se diga en cada momento y, sobre todo, lo que queremos que se vea y lo que no. No se trata de enseñarlo todo ni tampoco de ocultarlo: a veces es mucho más interesante alguien hablando fuera de cuadro mientras vemos sus manos trabajar que la clásica entrevista. ¿Por qué no empezar nuestro vídeo de laparoscopia con un bulto en la zona de la médula espinal de un paciente mientras escuchamos la voz del cirujano, que nos explica las aplicaciones de la laparoscopia al tiempo que interviene al paciente?


Las primeras veces que nos enfrentemos a la difícil tarea de traducir uno o varios conceptos a imágenes suele resultar de gran ayuda elaborar lo que se denomina guión técnico. El guión técnico no es otra cosa que un guión literario –es así como llamamos al guión en la profesión– dividido en planos con la descripción detallada de cada uno de ellos.

En el CD de ejemplos podréis ver un ejemplo de guión técnico.

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    • Apartado: Producción audiovisual
      • Proceso de producción

Actividad


    Nada que no sea imagen o sonido tiene cabida en un guión. ¿Es esta una afirmación exagerada? ¿Por qué? Analizad las siguientes frases y eliminad aquellas que no tienen sentido en un guión. Ofreced alternativas.

    1. Martín, un hombre cualquiera, sale de una casa cualquiera en una ciudad cualquiera y se encamina, como todos los días, a su oficina.

    2. Sobre una radiografía del cerebro humano, una voz en off explica el reparto de funciones entre las mitades izquierda y derecha.

    3. Margarita llega tarde a su entrevista de trabajo.


 La narración audiovisual: el montaje y la estructura

¿Y qué sucede cuando tenemos que escribir diez minutos sobre laparoscopia? Es evidente que el procedimiento de preguntar «¿Qué vemos u oímos?» deja de resultar válido en cuanto superamos una cierta duración, ya que corremos el serio peligro de convertir nuestro vídeo en un flamante vídeo-clip de dudoso contenido e inteligibilidad exigua.

Por ello, conviene no olvidar que cada plano se encadena con un plano anterior y otro posterior que le dotan de significado.

En el CD de ejemplos podréis ver una serie de planos que se explican los unos a los otros formando una pequeña historia.

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De este modo, si nosotros, a continuación del plano del bulto, mostramos ese mismo bulto visto a través de una radiografía, estaremos dándole una dimensión médica al problema «humano» del bulto. Y si, a continuación, montamos un plano tomado desde la propia cámara laparoscópica estaremos contando, en imágenes, lo que nos habría llevado un par de minutos contar verbalmente: la laparoscopia no sólo soluciona un problema al médico, sino también, y especialmente, se lo soluciona al paciente.

Estos planos, que agrupados en el espacio y en el tiempo forman lo que se denominan secuencias, deben estructurarse dando forma a un discurso coherente, a la manera que lo hacemos todos cuando redactamos un texto o cualquier documento.

Eso es el montaje: la sintaxis del lenguaje audiovisual que coloca cada unidad (cada plano) en su lugar correcto y le dota de sentido al ponerlo en relación con un contexto. Más allá de éste, la situación de las secuencias a lo largo de un producto y las relaciones que se generan entre sí dan lugar a lo que conocemos como estructura.

Comentario del autor


    No creo que haya una forma «correcta» de estructurar un producto audiovisual. Lo que sí hay son formas más fáciles y más difíciles de hacerlo: es decir, si pretendemos llegar a un público adolescente, más nos vale dotar a nuestro producto audiovisual de una estructura que les «enganche» desde el primer momento y les obligue a prestar atención. Nuestra estructura, como tantas otras cosas, va a estar en función del público al que nos dirigimos.


Hay dos corrientes teóricas muy marcadas a la hora de estructurar la narración audiovisual: la «narrativa» y la «formalista». Mientras que los primeros optan por estructuras de carácter marcadamente lineal –más parecidos al flujo de los relatos clásicos o la narración oral– los segundos optan por estructuras más formales en las que de la suma de dos elementos resulta un tercero.

Actividad


    Cread dos anuncios de veinte segundos – uno «formalista» y otro «narrativo»– para fomentar el uso de las nuevas tecnologías en educación.

    Pensad que, al tener que reducir la duración drásticamente, no os queda otro remedio que ir al grano.

    En caso de duda sobre el formato de un guión o cómo debe escribirse consultad el guión de modelo que encontraréis en el CD de ejemplos.


 Narración sonora: el plano sonoro

Aunque parezca mentira, en el sonido también existen planos. Se componen de diferentes sonidos que, mezclados a diferentes volúmenes, configuran una «imagen sonora». Al igual que la imagen visual, esta imagen posee una capacidad increíble para describir y para evocar.

Ejemplo


    Si decidimos incluir clips de audio en una publicación digital sobre yoga podremos optar por múltiples opciones que darán como resultado clips diferentes.

    • Incluir sólo una descripción del ejercicio por un maestro.

    • Incluir, además, la respiración de alguien realizando el ejercicio con todos los sonidos pero a un volumen más bajo.

    • Incluir, además de todo lo anterior, un suave fondo de música relajante.

    Es evidente que cualquier alumno que escuche los tres clips de audio entenderá cómo realizar el ejercicio. Sin embargo, los clips 2 y 3 le proporcionarán, además, información no verbal sobre el ritmo al que debe realizar el ejercicio y le ayudarán a conseguir el estado de ánimo óptimo para realizarlo.


Las preguntas básicas que nos tenemos que plantear a la hora de escribir un guión sonoro son:

  • ¿A quién me dirijo?

  • ¿Qué información necesito transmitirle a ese público?

  • ¿Qué parte de esa información es estrictamente verbal?

  • ¿Qué sonidos pueden ayudarme a transmitir la otra información, la no-verbal?

Conviene no olvidar que la propia voz del locutor es la encargada de añadir información no-verbal al texto. El tono, el timbre de la voz o la entonación de una frase esconden muchas veces la diferencia entre un clip de audio completamente «plano» y otro «interesante».

Sólo partiendo de estas preguntas tan sencillas podremos llevar los clips de audio en publicaciones digitales más allá de la mera entrevista o locución. Si reflexionamos sobre ello nos daremos cuenta de que un clip de voz «pura», cuya información es eminentemente verbal, es, normalmente, perfectamente sustituible por un texto escrito.

Actividad


    Rescribid el anuncio de veinte segundos para convertirlo en una cuña publicitaria. ¿Qué cambia? ¿Por qué?


 
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