Fase de perfeccionamiento
La satisfacción de los requisitos necesarios para ascender en una empresa puede exigir una gran cantidad de desarrollo y de autosuperación. La fase de perfeccionamiento, que implica actuar para crear e incrementar las habilidades propias con el fin de prepararse para futuras oportunidades de trabajo, se propone fomentar el crecimiento y la autosuperación. Los programas más habituales de perfeccionamiento que ofrecen las empresas constan de tutorías, preparación individual, rotación de puestos de trabajo y ayudas a la instrucción.
Las tutorías, que pueden darse en todos los niveles y en todas las áreas de una empresa, generalmente implican el asesoramiento, el modelado del comportamiento, la facilitación de contactos y el apoyo en general. Pueden ser tanto voluntarias y espontáneas, como obligatorias y normalizadas. La tutoría espontánea es, por lo general, más eficaz que la tutoría que se mantiene sólo como una responsabilidad obligada, a pesar de que existen situaciones en las que los programas normalizados pueden ser la mejor elección.
Los programas de tutorías normalizadas que han tenido éxito, como los de la American Society of Association Executives (ASAE), consisten en algo más que en reunir a un tutor y a un protegido. A continuación se detallan las líneas maestras para aumentar el valor de un programa de tutorías.
A pesar de que es más frecuente que los programas de tutorías se hagan en las grandes empresas, algunas pequeñas empresas han desarrollado programas menos sistematizados, pero igualmente intensivos.
El hecho de trabajar con los empleados para delinear y aplicar sus objetivos profesionales fomenta la productividad y estimula el progreso del propio director. | ||||||||||||||||||
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Entonces, ¿por qué hay directores que evitan la preparación individual sin más? Por un lado, en las empresas actuales poco jerarquizadas, los directores tienen más empleados bajo su supervisión y menos tiempo para dedicar al perfeccionamiento de cada uno de ellos. Por otro lado, los directores tienden a ver el perfeccionamiento como algo que está de moda, a no ser que la alta dirección lo apoye clara o enérgicamente. Por último, la mayoría de los directores están mal preparados para instruir a los empleados, sintiéndose incómodos con este papel. La preparación individual no tiene por qué ser la penosa experiencia que muchos directores piensan que es. El secreto está en sacar partido de lo que algunos consultores de recursos humanos han denominado "momentos para la instrucción", oportunidades que se dan a lo largo del tiempo de trabajo para ofrecer un consejo profesional valioso, siempre y cuando sea breve. Se indican cinco señales que pueden dar los empleados para abrir la puerta a esos momentos de instrucción:
Una experiencia laboral amplia puede proporcionar a los trabajadores mayor flexibilidad a la hora de elegir su trayectoria profesional, y los empleados pueden adquirir una experiencia más amplia y flexible a través de la formación interdisciplinaria. Además de ofrecer más oportunidades profesionales a los empleados, la rotación de puestos de trabajo da como resultado una fuerza laboral mejor cualificada. Sin embargo, los programas de rotación de puestos tienen algunos inconvenientes, como por ejemplo que no sirven para aquellos empleados que deseen centrarse exclusivamente en un campo limitado y especializado. Desde el punto de vista de la empresa, durante el tiempo en que los trabajadores adquieren las nuevas habilidades puede que se produzca una reducción en la velocidad de las operaciones. A pesar de los muchos beneficios en el perfeccionamiento que proporciona a largo plazo la rotación de puestos de trabajo, las empresas deben ser conscientes de que existen costes intermedios.
Los costes de matrícula, al igual que otros costes (desde seminarios, talleres de trabajo y programas de formación continua, hasta cursos de enseñanza superior) pueden estar financiados total o parcialmente por el plan de ayudas. |
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