Estilos de liderazgo

Existen estilos básicos de mando que se pueden considerar más o menos aceptables o inaceptables. Un líder puede imponerse, puede y debe fomentar la participación de su equipo y, sobre todo, debe delegar. No obstante, existe una barrera, en ocasiones poco definida, en la que se utiliza el despotismo, la manipulación, o el "realízalo como puedas" sin dotar de medios a los colaboradores. Establezcamos primero esta distinción entre lo aceptable y lo que podríamos considerar como prácticas de mando no aceptables.

Es evidente que si se está quemando la fábrica, no podemos convocar una reunión para contrastar opiniones. Conviene asumir el mando, liderar la situación y ordenar realizar tareas concretas. Pasada la situación, ésta podrá ser valorada por todos los miembros del grupo. Esta situación es un caso de situación extrema.

A la hora de llevar a cabo un proyecto, es necesaria la entera implicación de los participantes en cada una de sus funciones, por ello, la participación de los miembros del grupo en la decisión es fundamental para que la acepten como propia.

Una de las labores del líder es formar a su equipo, y la mejor forma de hacerlo es dando oportunidades, herramientas, tareas. Delegar es una buena forma de ver crecer a las personas y de evaluar su potencialidad.

De esta manera, el líder debe ejercer uno u otro estilo de mando: ordenando, dando participación o delegando según el momento o situación.

Estilos de dirección

Una de las preguntas que se realiza el alumno al iniciarse en estos temas es si él podría ser líder, o si ya lo es, si es un buen líder, si dispone de las condiciones para dirigir, liderar, delegar, etc. La respuesta puede estar en esta clasificación de estilos de dirección y liderazgo que dibuja este boceto.

Según las definiciones de cada estilo, escritas a continuación, el alumno se verá reflejado en un tipo u otro, siendo conscientes de que la variedad de la personalidad humana es tan rica que en ningún caso un individuo se ajustará con exactitud a un solo estilo.

Contenido complementario

Todas las personas poseemos cualidades que en ocasiones se transforman en limitaciones. Por ejemplo, en algunas ocasiones, una persona que sea muy extrovertida puede ser impertinente. Alguien que sea prudente en alguna ocasión, puede llegar a resultar pasivo o inactivo. Por otro lado, una persona activa y decidida puede convertirse en precipitada y excesivamente arriesgada. En resumen, no todas las circunstancias nos son favorables para desarrollar nuestras mejores cualidades.

A continuación definimos los cuatros estilos de liderazgo.

Características de los estilos de dirección

Nos será más fácil reconocer nuestro propio estilo si observamos las características de cada uno de ellos en las diversas condiciones que se pueden dar.

  1. Estilo colaborador

    Desempeña su tarea administrativa con seriedad y constancia y cada día pone a prueba su excelencia. Las características positivas que definen este estilo son:

    • Prudencia
    • Confianza
    • Lealtad
    • Idealismo
    • Cooperación
    • Ser receptivo
    • No saber decir "no"

    Sin embargo, estas características se pueden transformar en elementos negativos:

    • Prudencia negativa
    • Ser poco práctico
    • Credulidad
    • Pasividad
    • Dogmatismo
    • Paternalismo

  1. Estilo controlador

    Parte de la base de que la única forma de alcanzar el éxito es realizar, hacer cosas, pase lo que pase. Es un "jugador". Las características positivas que definen este estilo son:

    • Incansable
    • Optimista
    • Persuasivo
    • Presuroso
    • Arriesgado
    • Enérgico

    Sin embargo, estas características se pueden transformar en elementos negativos:

    • Arrogancia
    • Exageración
    • Impaciencia
    • Impulsos obsesivos
    • Arriesgar todo a una racha
    • Dificultad para delegar

  1. Estilo conservador
  2. Dirige y realiza valorando sus recursos y exigiendo el máximo rendimiento de éstos. Pondera las cosas una y mil veces. Las características positivas que definen este estilo son:

    • Práctico
    • Constante
    • Tenaz

    Sin embargo, estas características se pueden transformar en elementos negativos:

    • Poco creativo
    • Esclavo de las minucias.
    • Hostil
    • Testarudo
    • Quisquilloso
    • Mide en exceso
    • "Parálisis por el análisis"

  3. Estilo conciliativo

    En contraste con el conservador-posesivo, se entiende a las mil maravillas con sus semejantes. Busca opiniones y trata de ponerlas en práctica.

    Las características positivas que definen este estilo son:

    • Flexible
    • Entusiasta
    • Juvenil
    • Inspira y orienta
    • Tiene tacto
    • Se adapta

    Sin embargo, estas características se pueden transformar en elementos negativos:

    • Inconsecuente
    • Nervioso
    • Infantil
    • Poco realista
    • Carece de miras
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