Tipologías documentales y unidades de información
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El progreso científico y los avances tecnológicos han propiciado la aparición de nuevos medios para la expresión y la comunicación del conocimiento, a la vez que han generado nuevos soportes físicos para su registro.
El libro no es el único medio para la difusión de información. Las primeras revistas especializadas nacen en el siglo XVII. Los diarios, tal como los consideramos hoy, toman forma en el XVIII. La fotografía y las grabaciones sonoras aparecen en el XIX. Nuestro siglo ha visto la eclosión de la cultura audiovisual y, últimamente, la convergencia con la informática ha permitido la aparición de los multimedia.
Existe una gama de soportes documentales que permiten asegurar que...
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...la memoria registrada ya no es sólo tipográfica.
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La atención a la diversidad documental
Hasta el siglo XX, el libro, y por extensión el texto impreso, había sido el centro de la práctica bibliotecaria. La inercia de esta práctica explica las reticencias a incorporar al circuito de la gestión documental los materiales que no son libros como fotografías, diapositivas, programas de ordenadores o grabaciones sonoras, ya que eran considerados documentos menores.
Afortunadamente, esta inercia ha sido plenamente superada, de manera que paralelamente a la especialización temática que dio lugar a los centros de documentación, la actual variedad de tipologías documentales ha exigido de las unidades de información un proceso de adecuación y de especialización para responder a una realidad que no se expresa únicamente por medio de la letra impresa.
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