Las bibliotecas nacionales

Una definición por lo común aceptada de biblioteca nacional es la que ofrece la Unesco:

Cita

"Las bibliotecas que, cualquiera que sea su denominación, son responsables de la adquisición y conservación de ejemplares de todas las publicaciones impresas en el país, y que funcionan como bibliotecas de depósito en virtud de disposiciones sobre el depósito legal o de otras disposiciones. Normalmente pueden desempeñar también algunas de las funciones siguientes:

Elaborar una bibliografía nacional.
Reunir una colección amplia y representativa de obras extranjeras que también comprenda libros relativos al propio país.
Actuar como centro nacional de información bibliográfica.
Compilar catálogos colectivos.
Publicar la bibliografía nacional retrospectiva.

Las bibliotecas tituladas "nacionales" que no respondan a esta definición, no deberían clasificarse en la categoría de "bibliotecas nacionales".

Unesco (1971). Actas de la Conferencia General: 16.a reunión, París, 12 de octubre-14 de noviembre de 1970 (pág. 146).

De las funciones enumeradas anteriormente, no hay excesiva discusión en la consideración de que:

la recopilación de toda la producción documental de un país es la función prioritaria para una biblioteca nacional.


Bibliografía sugerida

Con el fin de alcanzar este objetivo, las bibliotecas nacionales disponen de una serie de herramientas, siendo el depósito legal la principal de éstas. A pesar de esto, las bibliotecas nacionales se encuentran con problemas, y aún más actualmente con la diversificación de los soportes y la irrupción de la información electrónica accesible por red.

La American Library Association (ALA), citada por Inmaculada Vellosillo, distingue tres tipos de bibliotecas nacionales según sus orígenes históricos. Las bibliotecas de primera generación son aquéllas con más tradición, anteriores a 1800 y con unas colecciones provenientes de antiguas bibliotecas reales o de la adquisición de grandes bibliotecas privadas. Se incluirían en este grupo bibliotecas como la British Library, la Library of Congress o la Bibliothèque National de France.

La segunda generación de bibliotecas nacionales estaría formada por las bibliotecas originadas durante el siglo XIX y la primera mitad del XX. Es un grupo muy heterogéneo que reúne desde las bibliotecas nacionales de los países latinoamericanos con larga tradición como Argentina, Chile, México, Venezuela y Cuba, hasta las bibliotecas de países como Canadá, Australia o Nueva Zelanda, que nacieron como bibliotecas parlamentarias y que progresivamente han ido incorporando fondos de los diferentes ámbitos del conocimiento para acabar convirtiéndose en verdaderas bibliotecas nacionales.

Finalmente, la tercera generación de bibliotecas nacionales está constituida por bibliotecas de países que, en muchos casos, han alcanzado su independencia después de la Segunda Guerra Mundial. A menudo son bibliotecas de países en vías de desarrollo, con colecciones y recursos muy limitados, que ejercen de manera simultánea las funciones de biblioteca nacional, universitaria y pública.

Funciones de las bibliotecas nacionales

Las bibliotecas nacionales presentan una gran diversidad en lo que concierne a su estructura, tamaño, funciones, etc.; sin embargo, las tres características siguientes suelen ser comunes:

Están fundadas y mantenidas a partir de fondos públicos.
Están abiertas al público.
Reúnen la mayor parte del material impreso del país.

A pesar de las particularidades que presentan, resulta relativamente sencillo identificar sus principales funciones, algunas de las cuales ya aparecen en la definición que hemos visto anteriormente:

  1. Constituir una colección con la producción documental producida en el país o sobre el país.
  2. Reunir una colección representativa de publicaciones extranjeras.
  3. Recibir las publicaciones del país mediante el depósito legal.
  4. Recopilar y conservar el patrimonio impreso del país.
  5. Elaborar la bibliografía nacional del país.
  6. Hacer accesible su colección al resto de las bibliotecas y unidades de información del país.
  7. Fomentar la creación y mantenimiento de un catálogo colectivo nacional.
  8. Liderar la política nacional en materia de información y bibliotecas.
  9. Proporcionar directrices al resto de bibliotecas del país (metodologías, normas...).
  10. Elaborar y mantener listas oficiales de encabezamientos, encabezamientos de materias y cualquier otro instrumento relativo a la catalogación.
  11. Planificar y coordinar el préstamo interbibliotecario.
  12. Fomentar la investigación relativa a la biblioteconomía y la documentación.
  13. Proporcionar un servicio nacional de información para personas con discapacidades.

Problemas en las funciones tradicionales

Las funciones tradicionales de las bibliotecas nacionales, sin embargo, empiezan a verse amenazadas por los cambios que se han ido produciendo en el campo de la información desde la Segunda Guerra Mundial. Entre otros, los principales problemas que cuestionan el papel tradicional de las bibliotecas nacionales son los siguientes:

  1. Nuevos modelos de edición

    El volumen de publicaciones en soportes diferentes al papel ha crecido de una manera muy considerable. Estos documentos también forman parte de la producción del país, y como tales deberían ser recopilados por la biblioteca nacional.

    Las tecnologías necesarias para obtener, procesar y utilizar estas publicaciones en los nuevos soportes son costosas, necesitan un mantenimiento y están condicionadas por los cambios en los estándares y formatos.

    La adquisición de este tipo de materiales es dificultoso. Muchos países no incluyen este tipo de materiales en la legislación sobre depósito legal y la compra resulta onerosa.

    La producción de este tipo de material es muy abundante y variada (audio, vídeo, CD-ROM, web, producción televisiva, radiofónica, etc.).

  2. Nuevos servicios y destinatarios

    Los individuos particulares ya no son los únicos usuarios, sino que se ofrecen servicios a otras bibliotecas, a las empresas y a la industria.

  3. Presupuestos públicos cada vez más limitados

    Exigencia de gestión a partir de criterios de rentabilidad y justificación de costes de sus servicios.

  4. Nuevos actores en el sector de la información

    Las bibliotecas pierden el monopolio como intermediarios de información y se incorpora la empresa privada.

Ante esta nueva realidad, Maurice B. Line identifica cuatro posibles alternativas para las bibliotecas nacionales:

Aumentar su eficacia.
Reducir sus actividades.
Ganar dinero a partir de sus actividades.
Cooperar con el sector privado antes de competir.


Actividades

Line considera que muchas de las tareas que son asumidas por las bibliotecas nacionales deberían ser adoptadas por otros organismos y que, probablemente, los servicios que pueden ofrecer mejor son los más tradicionales y los que las originaron: función de depósito y de conservación.

La función tradicional de las bibliotecas nacionales es la de adquirir y conservar los ejemplares de toda la producción documental del país.

Los cambios que se han producido desde la Segunda Guerra Mundial en el mundo de la información cuestionan buena parte de las funciones que están desarrollando actualmente las bibliotecas nacionales.

 

Arriba