Editores de texto frente a WYSIWYG

Siempre que se habla de esta cuestión surge el mismo dilema: ¿por qué tenemos que aprender el código HTML con todos sus atributos, si ya hay editores WYSIWYG? La pregunta es lógica, pero hay varios motivos por los cuales es preferible conocer los códigos HTML, DHTML, XHTML o XML que definen las páginas web.

 
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Primero tendríamos que hablar de control. Un editor de HTML basado en texto nos muestra exactamente qué etiquetas y qué atributos se utilizan en la página web y de qué manera. Como es obvio, esto nos permite controlar a fondo el documento. Lo que veremos es una página con un código que tiene que interpretarse, pero que una vez conocido y aprendido se considera de otra forma. En las herramientas de autor (WYSIWYG), muy parecidas a los procesadores de texto tradicionales, puede empezarse un documento sin pensar que lo estamos haciendo en HTML porque no vemos el código; sin embargo, cuando escribimos estamos generando un código, muchas veces redundante, que es resultado del texto que hemos introducido. Por ejemplo, podemos hacer un retorno de carro o dos y después centrar el texto que vendrá, y también podemos obtener diferentes niveles de codificación, como por ejemplo:

<p align="center">…</p>

<p><center>…</center>

<br><div align="center">…</div>

Está claro que podemos pensar que tenemos suficiente con ver cómo queda en pantalla y que no necesitamos saber cómo ha interpretado el código las instrucciones, pero los desarrolladores de contenidos web trabajan normalmente con la opción del código fuente por los motivos siguientes, entre otros:

Hoy día es fundamental llegar al mayor número de usuarios posible, pero en el mercado hay dos grandes navegadores: Internet Explorer y Netscape. Estos navegadores siguen las directivas del código HTML 4.0; sin embargo, cada uno de ellos ha desarrollado una serie de etiquetas y atributos que sólo tienen efecto en sus navegadores respectivos, de manera que no pueden ser interpretados por otro navegador y quedan inhabilitados.

Por este motivo se habla de los editores gráficos como WYSIW(NT)G (What You See Is What Not They Get). Trabajar con las últimas etiquetas aprobadas por el W3 Consortium puede llegar a ser un problema más que una ventaja. Tenemos que desarrollar páginas multiplataforma y multinavegador (lo que se conoce como creaciones cross-browser) que sean lo más compatibles posible. Es conveniente codificar las páginas con una serie de etiquetas que sean interpretadas por todos los navegadores o crear scripts específicos que solucionen el problema de las incompatibilidades; para hacerlo, hay que trabajar con el código fuente de forma directa.

A veces, si queremos acotar el comportamiento de un elemento de manera exacta, es preciso retocar manualmente los parámetros que afectan a la función específica, y esto también tiene que hacerse desde la opción de visualización del código fuente.

Los cambios exhaustivos en todo un conjunto de páginas (por ejemplo, una actualización o modificación de diversas líneas de código) tenemos que hacerlos manualmente, uno por uno, con la función de reemplazo, porque necesitamos conocer de forma exacta cuál es la cadena de caracteres y parámetros que hay que sustituir, con el fin de no provocar errores que después son muy difíciles de detectar. Haremos la selección de la cadena de código desde el código fuente de una de las páginas con los atributos y la disposición que el editor le haya dado o que nosotros mismos, al hacerlas, le hemos otorgado.

En segundo lugar, tenemos que hablar de la eficiencia del código que gestionan si lo insertamos nosotros. Con los editores gráficos (WYSIWYG) las páginas generadas acostumbran a incorporar un número más elevado de código innecesario que provoca el aumento del peso de la página y complica su futura interpretación.

El tema se agrava más si utilizamos un editor gráfico para convertir otros documentos generados por procesadores de texto a HTML. Al hacer esta conversión, se añade mucho código vacío que intenta especificar y mantener al máximo el aspecto del documento original, pero esto comporta toda una serie de inconvenientes si queremos tratar el código fuente con el objetivo de hacer futuras modificaciones.

Los editores gráficos tienden a dar más relevancia al formato físico que al valor de la estructura del documento. Un pequeño repaso a los iconos de las barras de herramientas de la mayoría de los editores gráficos nos lo confirma: predominan los iconos que hacen referencia a la tipografía, el cuerpo de letra, la cursiva, la negrita, el subrayado, etc., como en los procesadores de texto. En muchos casos, tenemos que ir a explorar las opciones de las barras de menú para encontrar la manera de insertar un bloque o unas etiquetas lógicas y no físicas. Las barras de herramientas de los editores gráficos están pensadas desde el punto de vista de la familiarización del usuario con las propias barras de herramientas de los procesadores de texto más que desde el punto de vista de la creación de hipertexto que representa el lenguaje HTML.

La finalidad del HTML no es dar apariencia a un documento, sino estructurar contenidos como parte del lenguaje SGML. En este sentido, la especificación de HTML 4.0 es clara: "El HTML debe ser utilizado para estructurar contenidos, mientras que la apariencia física tiene que quedar definida y especificada en plantillas de estilo (style sheets)". Este aspecto es la base del lenguaje XML, que pone por fin de relieve la facilidad de intercambio y flujo de contenidos de información.

También tenemos que aludir a la flexibilidad que los editores gráficos proporcionan en el momento de introducir atributos físicos en los documentos, ya que es complicado insertar uno propio o proveniente de una nueva actualización de las directivas del W3 Consortium. En este sentido, no queda otro remedio en que ir directamente al código fuente.

Como vemos, hay gustos para todo el mundo, y las experiencias vividas con HTML pueden ser igualmente válidas sea cual sea la herramienta que se utilice. Evidentemente, los editores gráficos están orientados a personas que se inician o que tienen un conocimiento bajo de HTML, ya que pueden crear páginas web con este código sin que sea necesario verlo; sin embargo, cuando se quiere tener un control total sobre las páginas es fundamental pasearse por el código fuente y utilizar editores que operen en formato plano.

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