La telecomunicación debe vencer varios obstáculos para que el mensaje llegue del emisor al receptor sin que haya cambiado ni se haya perdido.
El sistema de telecomunicación no lo tendrá fácil. A lo largo del camino, el mensaje irá encontrando dificultades: interferencias de otros mensajes, interferencias de origen natural, e incluso con obstáculos físicos en el caso de la interfaz aire. Pondremos todas las señales que pueden degradar el mensaje, sea cual sea su origen, con la misma denominación: las llamaremos ruido. Dotar al mensaje de robustez suficiente para luchar contra el ruido es fundamental pero no suficiente, ya que además se debe dirigir el mensaje por el camino correcto para que llegue a su destinatario. Este aspecto cobra especial importancia si el mensaje se transmite por una red de cableado. Así pues, hay que direccionar el mensaje. En ocasiones, debido a la naturaleza del propio mensaje o a la de su contenido, es necesario dotar al mensaje de privacidad, es decir, de robustez frente a posibles receptores fraudulentos. Para resolver esta necesidad aparecen los cifradores o encriptadores. Ruido en sistemas de telecomunicación Como ya hemos insinuado en el apartado anterior, el enemigo natural de los sistemas de telecomunicación es el ruido.
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Y este parámetro es tan importante que la calidad de los sistemas de telecomunicación muy a menudo se cuantifica por la relación señal a ruido con la que son capaces de funcionar, que no es más que la cantidad de señal que le llega al receptor con respecto a la cantidad de ruido que inevitablemente también le llegará mezclado con el mensaje. Ante la imposibilidad de ser inmunes al ruido (exceptuando casos límite como los superconductores que trabajan a temperaturas cercanas al cero absoluto), los sistemas de telecomunicación y sus diseñadores deben resignarse y aceptar que habrá ruido. Se debe convivir con él y armarse de los medios suficientes para combatirlo. Para minimizar sus efectos hay que controlar varios frentes. La naturaleza del ruido puede ser muy variada:
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La panacea de la lucha contra el ruido la encontramos en la modulación. Modular la señal nos proporciona mejor protección del mensaje que viaja dentro de la señal moduladora. Direccionamiento de los mensajes | ||||||||||||||||
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Los mensajes que se propagan por medio de redes, como por ejemplo la red telefónica, sean datos o voz, deben llevar una dirección de destino para que dicho mensaje llegue donde debe. Vemos, pues, que no es suficiente con enviar el mensaje, ya que la información nunca viaja sola, sino que se le añade mucha más información suplementaria, información para controlar que el mensaje no ha perdido ninguna de sus partes, información de direccionamiento, etc. | ||||||||||||||||
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Privacidad de los mensajes | ||||||||||||||||
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En aquellos mensajes que contienen información confidencial aparece la necesidad de protegerla. De ahí precisamente nacen elementos tales como los encriptadores. Los encriptadores aseguran que sólo podrá leer el mensaje aquella persona o personas que tengan la clave para descifrarlo.
Los sistemas de telecomunicación están compuestos por múltiples elementos cuyo único fin es lograr este objetivo. En el siguiente apartado se describen algunos de los componentes típicos en las telecomunicaciones. |
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