Comunicaciones móviles


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A mediados de los años noventa empezaron a comercializarse de manera masiva dispositivos de comunicación móvil: la telefonía móvil. Hasta entonces ya existían dispositivos de comunicación móvil como los usados por la policía, compañías de transporte, servicios de taxi, etc. Estos dispositivos actúan de forma broadcast (el emisor emite a todos los receptores), de manera que sólo se necesita un receptor capaz de recibir la frecuencia en que emite el emisor y tener la tecnología suficiente para demodular la señal). En la telefonía móvil es el emisor quien elige a un único receptor, lo que conlleva una complejidad técnica mucho más elevada.

Telefonía móvil

De forma muy breve, una red de telefonía móvil divide el territorio en celdas. A cada celda se le asigna un rango de frecuencias, de manera que en distintas celdas puedan asignarse las mismas frecuencias –siempre que estén lo bastante alejadas– para evitar que las comunicaciones en diferentes celdas se interfieran.

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Cada una de las celdas tendrá una central receptora, que es la encargada de asignar frecuencias cuando uno de los terminales decide iniciar una comunicación. Además, la red de centrales de las celdas permite al sistema tener localizados los terminales en cada momento, ya que cuando éstos están encendidos se comunican continuamente con la central.

Intuitivamente podemos ver que a mayor densidad de dispositivos móviles, menores dimensiones presentarán las celdas, ya que el número de frecuencias disponibles no es ilimitado. Reduciendo el tamaño de las celdas conseguimos una mayor reutilización de frecuencias, de manera que no se agoten las frecuencias permitidas dentro de una misma celda debido a la concurrencia de comunicaciones.

Los dispositivos móviles están comunicándose de forma permanente con la central receptora de su celda, de manera que cuando un usuario pasa de una celda a otra el sistema se percata del hecho y siempre está localizable. El hecho de pasar de una celda a otra se denomina roaming.

En la breve historia de la telefonía móvil podemos identificar distintas tecnologías en función de su grado de evolución:

Telefonía móvil analógica

Primera generación de telefonía móvil, la información se emite mediante señales analógicas y sin ningún tipo de cifrado.

Telefonía móvil digital (Global System for Mobile Communications, GSM)

GSM se considera la segunda generación de telefonía móvil, la señal ya es digital y viaja cifrada (sólo desde el dispositivo móvil hasta la central receptora de su celda). Además, permite la transmisión de datos y conectarse a la red Internet mediante un ordenador portátil a una velocidad de 9.600 bps.

Telefonía móvil con Internet (Wireless Application Protocol, WAP)

Extensión de la tecnología GSM, pero estos dispositivos son capaces de visualizar informaciones básicas (secuencias y menús de texto) procedentes de Internet.

GPRS (General Packet Radio Service)

Los dispositivos conectados a una red GPRS permitirán acceder a Internet desde el móvil a una velocidad de hasta 50 kilobits por segundo. Esta velocidad se aproxima mucho a la velocidad típica de los módems de los ordenadores personales.

Los servicios GPRS suponen un avance muy significativo en la rapidez y economía de la transmisión de datos desde un teléfono móvil y un paso ineludible hacia los sistemas móviles de tercera generación o UMTS (Universal Mobile Telecommunications System).


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Hoy en día están desarrolladas todas las tecnologías descritas, pero ni UMTS ni GPRS son comerciales en la actualidad, aunque el lanzamiento de GPRS parece inminente.

Algunas de las compañías que ofrecen telefonía móvil en España se encuentran en las siguientes direcciones:

http://www.movistar.com

http://www.amena.com

http://www.airtel.es

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