Evaluación de la satisfacción del usuario
Actualmente muchas empresas y organizaciones han implantado un sistema de gestión de la calidad, principalmente a causa de los requerimientos de los clientes. Paralelamente, las organizaciones vinculadas al mundo científico y universitario han desarrollado mecanismos de evaluación de los procesos de producción, la gestión de los recursos económicos, las personas y los servicios proporcionados. Todo ello se ha traducido también en una aplicación de estas metodologías de gestión en las bibliotecas, los servicios de información y los centros de documentación. Las dos metodologías (gestión de la calidad y evaluación) tienen diferentes puntos en común, uno de los cuales es el referente a la medida o evaluación de la satisfacción de los usuarios del servicio. La norma de seguro de la calidad ISO 9000 dice que calidad es el "conjunto de propiedades y características de un producto o servicio que le confiere una aptitud para satisfacer las necesidades implícitas o expresadas por el cliente". Si queremos ofrecer un servicio según los principios de la calidad, aunque en nuestro centro o empresa no se haya implantado formalmente un sistema de seguro de la calidad, debemos tener algún tipo de instrumento que nos permita medir la satisfacción de nuestros clientes o usuarios. Conocer el grado de satisfacción de nuestros clientes, y en qué aspectos creen que podemos mejorar el servicio, y después aplicar las medidas adecuadas es la vía más rápida para conseguir una base estable de clientes o usuarios satisfechos y fieles. A continuación veremos por qué es necesario efectuar esta medida o evaluación de la satisfacción de los usuarios de un servicio de consultas o demandas y qué métodos podemos seguir para implantar el sistema. Sin embargo, pongámonos antes de acuerdo en qué entendemos por satisfacción del usuario.
El concepto satisfacción del usuario, desde el punto de vista de la biblioteconomía, ha sido objeto de numerosos estudios desde los años ochenta. C. Rey Martín (2000) nos presenta una amplia panorámica de las definiciones propuestas por diferentes autores de este concepto. También propone algunas definiciones, de entre las cuales destacamos las siguientes:
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El concepto de satisfacción del usuario Según la norma ISO 9000, la satisfacción del cliente se consigue cuando el producto que le entregamos o el servicio que le proporcionamos están de acuerdo con los requerimientos establecidos previamente. Los requerimientos de un producto tangible, como una lavadora o una tonelada de acero, son relativamente fáciles de establecer. Antes de hacer la compra conocemos sus características y propiedades: prestaciones, materiales, funciones, etc. Sin embargo, cuando se trata de un servicio cuyas propiedades son intangibles a priori, establecer los requerimientos del cliente puede resultar más difícil. | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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Los requerimientos del cliente son la suma de las necesidades y expectativas con respecto al servicio que le proporcionaremos (módulo 1). Por ello es importante establecer estos requerimientos antes de empezar a proporcionar el servicio. El momento adecuado es, sin duda, durante la entrevista que habremos hecho previamente. Recordad todo los aspectos referentes a la entrevista desarrollados en el módulo 1. En este punto negociaremos con el usuario para estar de acuerdo con respecto a las necesidades y expectativas que podemos satisfacer. Sin embargo, una vez ya se han pactado muy claramente los requerimientos, tenemos que conseguir proporcionarle como mínimo el nivel acordado. Por debajo tendremos a un cliente insatisfecho y por encima a un cliente muy satisfecho.
El método más directo y objetivo para conocer la satisfacción del usuario es, sin duda, preguntarle, pero... ... ¿para qué, cómo, qué, cuándo y cuántas veces le preguntaremos? Actualmente se ha difundido la práctica de la encuesta de satisfacción y ya es bastante habitual en diferentes servicios y establecimientos encontrarnos delante de un papel en el que nos preguntan muy amablemente qué nos ha parecido todo, aunque a veces encontremos extraño que también nos pidan datos que no tienen nada que ver, como la edad, el sexo, el nivel de renta, etc. Para la planificación de una encuesta, es conveniente disponer de un sistema de control de las fases que vamos desarrollando:
¿Para qué? Es necesario tener claros los objetivos de la encuesta para diseñarla y, por lo tanto, conviene tener claras las respuestas a las preguntas siguientes:
Por ejemplo, si queremos saber si los usuarios han conseguido sus objetivos (es decir, si han resuelto sus necesidades de información), no basta con preguntarles en general si están satisfechos con el servicio, sino que les tenemos que formular una pregunta directa:
Los objetivos concretos de una encuesta que pretende medir la satisfacción de los usuarios de un servicio de referencia o de consultas son como mínimo los siguientes:
¿Cómo? Las encuestas se pueden llevar a cabo de diferentes maneras:
¿Cuándo y cuántas veces? Según las características del servicio, se pueden pasar encuestas en diferentes momentos: cuando estamos a la mitad o al acabar. También tenemos que decidir la frecuencia, es decir, más de una vez al año, una vez al año o de una manera irregular. En todo caso, debemos tener en cuenta que el momento de pasar la encuesta y la frecuencia están determinados por los objetivos y el tipo de encuesta:
En el caso de un servicio de información nos tenemos que plantear qué es lo más conveniente, según el tipo de usuarios. No es lo mismo un servicio con pocos usuarios, pero muy habituales, como un servicio interno, o un servicio que tiene muchos usuarios, pero que lo utilizan muy de vez en cuando. ¿Qué? Es muy conveniente dedicar un cierto tiempo a decidir el tipo de preguntas que plantearemos en la encuesta y su redacción, ya que de esto dependerá el provecho que obtendremos del análisis de los resultados. | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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Generalmente, las encuestas incluyen dos tipos de preguntas:
Las preguntas también pueden ser de los tipos siguientes:
Las principales recomendaciones son las siguientes:
¿Cuál ha sido el grado de utilidad del servicio?
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Veamos un ejemplo de encuesta.
El objetivo principal de evaluar la satisfacción de los usuarios es asegurar la calidad del servicio que proporcionamos. Por este motivo las encuestas o el método que utilizamos nos tienen que servir para implantar medidas de mejora. Cuando diseñamos el sistema de medida, es importante que al mismo tiempo tengamos previsto cómo debemos analizar y acumular los resultados y, más importante aún, cómo tenemos que responder rápidamente en caso de que nos llegue una queja o insatisfacción del usuario encuestado. También es conveniente reflexionar de forma periódica sobre las recomendaciones o sugerencias de nuestros usuarios: muy a menudo servirán para ir adecuando el servicio a sus necesidades.
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