Las migraciones exteriores

Las migraciones exteriores que han afectado a España en la época contemporánea han seguido básicamente tres direcciones: el norte de África, Europa y América. Este proceso se ha visto parado desde la transición democrática, cuando el potencial económico español se empieza a desarrollar y se convierte en tierra de acogida de inmigración extranjera.

a) La emigración hacia el norte de África

Abarca el periodo que va de 1830 a 1900 y se centra en la Argelia francesa y otros destinos del norte de África en proceso de colonización. Emigran principalmente campesinos pobres del sur de la costa levantina (Almería, Alicante y Murcia) y las Baleares en busca de unos ingresos complementarios temporales, como jornaleros o asalariados de los grandes propietarios franceses. Muchos de estos emigrantes alargaron su estancia y acabaron trasladando al resto de su familia.

b) La emigración hacia América

 

Fue el destino principal de las grandes masas de emigrantes hasta 1960 y se dirigía hacia América Latina. Se calcula que entre 1850 y 1960 acogió a unos 3,5 millones de inmigrantes españoles.

Se pueden diferenciar tres etapas:

  • De 1850 a 1940: se trató de una emigración promovida con el objetivo de poblar territorios con vacío demográfico. En su mayoría, eran inmigrantes de origen campesino, procedentes de Galicia, Asturias y Canarias. Los destinos más comunes fueron Argentina, Cuba, Brasil, México y Uruguay.

  • De 1940 a 1960: después de la Guerra Civil, se produce un reinicio de la corriente migratoria (represión franquista) y los flujos que habían sido protagonizados por campesinos pobres se detuvieron. Las razones son la política selectiva de los países receptores, la dificultad de las familias más pobres de poder pagarse el viaje hasta América y la política restrictiva del régimen de Franco dirigida a impedir las migraciones hacia el exterior.

  • Desde 1960, se produce un cambio de preferencia hacia los destinos europeos. América sigue reciben emigrantes, pero en menor cuantía y de mayor cualificación profesional.

c) La emigración hacia Europa

El flujo de emigración más importante empezó en la década de 1960. Se calcula que salieron de España unos dos millones de emigrantes, entre legales, temporeros ilegales o sin registro. Dos motivos promovieron este movimiento: la necesidad de mano de obra, a causa de las bajas por la guerra, y el baby boom.

 

Las características de estos grupos migratorios eran: población masculina joven procedente de las zonas periféricas españolas más empobrecidas (como Andalucía, Galicia, Castilla y León o Extremadura) y de origen rural.

Los destinos escogidos fueron Alemania, Francia y Suiza, que ofrecían puestos de trabajo como temporeros en actividades agrícolas y como operarios en las incipientes industrias centroeuropeas.

Las consecuencias de esta migración exterior fueron las siguientes:

  • Huida de población en edad de trabajar que fue a desarrollar trabajos poco cualificados y mal remunerados.

  • Estas corrientes migratorias permitieron que en el interior del país no se generaran problemáticas sociales relacionadas con la falta de trabajo y el aumento de la mano de obra procedente del campo y del crecimiento demográfico previo.

  • La repatriación de los salarios. Los emigrantes repatriaban parte de sus sueldos, lo que permitía la llegada de divisas que acabaron impulsando el crecimiento industrial español.

  • El contacto con las innovaciones tecnológicas y las mentalidades más modernas procedentes de Europa contribuyó a renovar la mentalidad española.

Después de 1975 y como consecuencia de la apertura económica que comportó el fin de la dictadura y la instauración de la democracia, hizo decantar estos flujos migratorios, lo que convirtió a España en un país receptor de mano de obra inmigrante.

Hay cuatro razones que explican este cambio de dinámica: la reducción de las tasas de natalidad, el retorno de población a causa de la crisis del petróleo, el crecimiento económico de la industria española que tendrá la crisis más tardía y el inicio del proceso migratorio desde países con economías muy débiles (turcos, norteafricanos u orientales).

Los flujos migratorios posteriores se centran en profesionales cualificados o técnicos especializados que son enviados por sus empresas al extranjero. Su número es inferior y los destinos se diversifican por todo el mundo, aunque todavía tienen como principales destinos Europa, tras la entrada de España en la Unión Europea, y América Latina.

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