Localización de la industria en el mundo

Existen muchas formas de enfocar el fenómeno industrial en una región o país determinado y, sin embargo, es difícil dar una visión globalizadora del fenómeno sin dejar fuera aspectos concretos que afectan, quizás en gran medida, a determinadas regiones del mundo.

Sin embargo, la industria es el principal elemento impulsor de buena parte de los cambios, no sólo en el aspecto económico, político y social, sino en las transformaciones territoriales de los últimos siglos xix y xx y que constituyen las bases de las actuales estructuras espaciales del siglo xxi.

De entrada, hay que saber que en la localización de una empresa existen elementos inherentes al territorio que hacen que los costes de la localización puedan variar. Éstos son más elevados si el punto de localización no reúne las condiciones óptimas o bien menos elevados si se consigue encontrar una localización favorable a la actividad económica que se tenga que desarrollar. Por lo tanto, una localización específica comporta un conjunto particular de costes y genera un nivel determinado de beneficios. Si existe un patrón espacial de costes y de beneficios, también puede haber un punto de aglomeración de plantas en un determinado espacio. Las empresas querrán estar todas en ese lugar.

De este razonamiento, se deriva que existen unos factores o influencias locacionales básicos que serán considerados por todas las empresas en el proceso de escoger dónde ubicar una planta.

La localización de las industrias a lo largo del territorio no se debe a un hecho casual, sino principalmente a una decisión empresarial tomada siguiendo criterios de rentabilidad económica, es decir, procurando los máximos beneficios industriales y los mínimos costes de producción. A la hora de decidir la ubicación industrial, entran en juego factores de tipo tanto físico como humano, entre los cuales vamos a destacar los siguientes:

a) Factores físicos:

  • Estar cerca de las materias primas supone el abaratamiento de los costes de transporte. Este factor es importante sobre todo en las industrias de base, que consumen gran cantidad de materia prima de gran volumen, de manera que su transporte suele ser difícil y costoso.

  • Igual que en el caso anterior, la proximidad a las fuentes de energía puede suponer un factor de abaratamiento de los costes productivos. Este factor fue decisivo en la ubicación de las primeras industrias para facilitar el transporte del carbón y abarató costes. Actualmente, las redes de transporte de energía eléctrica, gasoductos y oleoductos facilitan la localización industrial en otros lugares.

  • La topografía, con lugares planos o la proximidad a puertos marinos o fluviales, facilita el acceso a las materias primas y la distribución hacia los mercados.

  • A finales del siglo xx y principios del siglo xxi, los países desarrollados imponen restricciones en la instalación de industrias contaminantes, de manera que condicionan su ubicación en países menos restrictivos, normalmente aquellos que están en vías de desarrollo. Por este motivo, la conservación del medio ambiente supone otro factor de localización.

b) Factores humanos:

  • La existencia de abundante mano de obra, que sea barata y que tenga la cualificación adecuada en la industria correspondiente.

  • La proximidad de la demanda, es decir los mercados próximos, implica menor coste de transporte de los productos elaborados hacia el mercado, de manera que muchas industrias, sobre todo aquellas productoras de bienes de consumo, deciden instalarse en las proximidades de su mercado principal.

  • La necesidad de grandes inversiones para instalar algunas industrias hace que éstas se ubiquen en el lado capital (como posibles inversores, bancos o bolsas de valores).

  • La facilidad de acceso a las materias primas y de distribución de las mercancías a causa de la existencia de redes de transporte bien estructuradas y rápidas favorece la instalación de las industrias al lado de puertos, ferrocarriles o autopistas.

  • Los Estados, a través de sus políticos, dan apoyo de manera directa (mediante empresas públicas) o indirecta (con subvenciones, impuestos, facilitando suelo industrial o desarrollando legislaciones laborales flexibles, por ejemplo) a la ubicación de industrias en determinados lugares.

Estos factores (físicos y humanos) han caracterizado la industrialización durante el siglo xx y el xxi, pero se observa un dualismo en la situación internacional. Por una parte, tenemos los países desarrollados, en los que la economía industrial tenía un peso mayoritario en el producto interior bruto (PIB) y en las exportaciones.

Ejemplo

En la década de 1970, surgen los llamados países de nueva industrialización (PNI), que antes pertenecían al bloque de países básicamente agrícolas, como los llamados cuatro dragones: Taiwán, Corea del Sur, Hong Kong y Singapur. En la década de 1980, habría que añadir otros países del sudeste asiático, los llamados pequeños dragones: Malasia, Indonesia, Tailandia y las Filipinas.

Por otra parte, tenemos los países en vías de desarrollo, en los que el sector agrario era el dominante en la economía del país y exportaban materias primas, en general, e inputs productivos con destino a los países industrializados.

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