El interés y el estudio de los procesos colectivos corren paralelos a la conformación
de la psicología social. Si bien este hecho es una característica que singulariza
el proceso de constitución de este ámbito de conocimiento y ha de figurar en el "haber"
de la disciplina, es cierto que en la columna del "debe" tienen que constar otras
anotaciones. Éstas deben hacer visible la manera en que la psicología social contribuyó
a conformar una noción de comportamiento colectivo y una teorización sobre éste coaligada
con los presupuestos hegemónicos y con las operaciones de control y sujeción de las
transformaciones emprendidas socialmente. Evidentemente, se pueden mostrar objeciones
y plantear circunstancias eximentes que, por medio de una explicación, traten de mitigar
por qué sucedió así. Sin embargo, no se trata de justificar ningún quehacer, sino
de considerar la psicología social como un objeto de estudio que puede ser analizado
por la propia psicología social.
En este sentido, se trata de considerar cómo surgen la teorización, los planteamientos
y las aportaciones en una sociedad y en un momento histórico determinado y cómo pueden
estas condiciones de constitución volverse normativas en el desarrollo de la disciplina,
generando procesos de inclusión y exclusión de determinados planteamientos e interpretaciones
alternativas y, claro está, de connivencias o resistencias a éste.
En efecto, si bien la psicología social se sirvió en buena medida del estudio de los
procesos colectivos para revestirse con un capa social, lo cierto es que las maneras
de abordar el análisis de estos procesos se hicieron, salvo excepciones, en términos
individuales, con lo que contribuyeron a un estudio de los procesos colectivos que
era simultáneamente espejo y reflejo de la psicología social más individualista. Espejo,
en cuanto consideraba a las "multitudes" como manifestaciones patológicas de la "naturaleza
humana"; reflejo, en cuanto consideraba que las "leyes psicológicas" que rigen las
masas no eran las mismas que regían a los individuos. El interés por la investigación
de los comportamientos colectivos surge, pues, como consecuencia de acontecimientos
sociales, históricos políticos y económicos. Sin embargo, contrariamente a lo que
se suele pensar, no busca una excusa de este interés en una idea altruista del conocimiento,
sino que éste, en gran medida, se debe al temor y a la subordinación a una financiación
ideológica y económica para que su estudio fuese orientado hacia la obtención de conocimientos
que favorecieran su control.
En la actualidad, por lo que se desprende de algunas formulaciones, parece que nada
hubiera cambiado. El comportamiento colectivo suele estudiarse en términos negativos,
aunque pocas veces se reconoce el sentido en que se enfoca esta negatividad, como
tampoco se explicita a qué intereses sirve este enfoque. Afortunadamente, pero, no
todas las aportaciones conceptúan los procesos y el comportamiento colectivo en términos
negativos, sino que hay análisis y estudios que, en lugar de ver en ellos una amenaza,
los conciben como vehículos, prácticas y catalizadores de la acción social. Estas
aportaciones suelen apoyarse en una lectura del conflicto social en términos productivos
y no como una merma o un atentado contra la "sociedad". Es más, en los últimos años,
el renovado interés por el comportamiento colectivo y por los movimientos sociales,
no sólo en el ámbito de la psicología social y de otras ciencias sociales sino en
los entornos cotidianos donde se desarrollan nuestras vidas, ha permitido poner de
manifiesto justamente este significado más "positivo" del comportamiento colectivo,
lo que ha contribuido a llenar de pleno sentido la dimensión antagonistas, transformadora,
y en definitiva política, que subyace en muchos procesos colectivos. Por ello, a través
de los diferentes módulos que componen estos materiales, se examinarán construcciones
y procesos colectivos y se estudiará su incidencia en las prácticas sociales y, en
consecuencia, en la producción, en la reproducción y en la autoalteración social.
En efecto, en los diferentes capítulos se prestará una particular atención al cambio
social y se analizará la importancia de la acción colectiva en nuestras identidades.
Todo ello, a fin de que el lector y la lectora dispongan de medios para el estudio
del comportamiento colectivo y para el análisis de las nuevas formas que están adquiriendo
en la sociedad actual.
Esta asignatura se enmarca dentro del área de psicología social, concebida como un
ámbito de conocimiento no encapsulado sino de producción transdisciplinaria de conocimiento.
El propósito que se persigue con esta asignatura es introduciros en los análisis y
las reflexiones que se han hecho desde la psicología social del comportamiento colectivo
y de la acción colectiva. Para ello se propone el estudio de las características del
comportamiento colectivo y el estudio de diferentes fenómenos y procesos que están
involucrados con éste, tanto en relación con su emergencia y mantenimiento como por
lo que respecta a su investigación. En este sentido, se plantea un programa que no
sólo promueve el estudio de procesos y fenómenos básicos dentro de la conceptualización
y encuadramiento de la materia, sino una propuesta en la que se abordan procesos concretos
estrechamente vinculados con su desarrollo. Con ello, pretendemos principalmente dos
objetivos. Por una parte, que tengáis a vuestro alcance conocimientos, visiones y
perspectivas clásicas mediante las cuales se han estudiado los procesos colectivos,
pero siempre enfocados desde un punto de vista reflexivo y crítico para que pueda
disponer de elementos analíticos que le permitan, no sólo asimilar información como
si se tratara de un mero consumo, sino, sobre todo, para que pueda examinarlos desde
un punto de vista propositivo y conectar dialécticamente sus reflexiones y bagajes
con los desarrollos que se presentan. Por otro lado, siguiendo los mismos criterios,
también hemos tratado de hacer accesibles nuevas visiones y nuevas perspectivas desde
las cuales se analizan actualmente los procesos y la acción colectiva.
La relevancia de los contenidos y el tratamiento con el que se presentan pretenden
proporcionaros un marco de examen y de análisis más amplio de los fenómenos y procesos
que el que se facilita con el estudio de las relaciones cara a cara o de los procesos
grupales. Se trata de indagar cómo contribuyen las prácticas cotidianas y la acción
social a la producción, reproducción y transformación social, mientras éstas se ven
afectadas por la propia producción y reproducción a la que contribuyen.
En el módulo "Procesos colectivos y acción social" se parte de una contextualización
histórica, que muestra dos importantes aspectos: el hecho de que el estudio del comportamiento
colectivo ha acompañado "desde sus orígenes" a la psicología social y el hecho de
que el encuadre histórico constituye una dimensión ineludible para entender cómo ha
sido concebido y cómo se ha abordado su estudio. Ello permitirá entender el significado
que abarca la noción de comportamiento colectivo y examinar las principales aportaciones
teóricas y temáticas realizadas desde la psicología social. Por medio de la contextualización
histórica se analizan los componentes sociales e ideológicos de su tratamiento y se
enmarcan y examinan las diferentes explicaciones que de él se han proporcionado, enfatizando
la manera como ambos componentes constituyen elementos primordiales para su comprensión
y explicación. Se examinan con cierto detalle dos de los temas clásicos que configuran
el ámbito de estudio del comportamiento colectivo: los rumores y la psicología de
las multitudes en situaciones de crisis; para acabar el módulo con un somero análisis
de la acción colectiva en red, tratando de desentrañar algunas de sus características,
su potencialidad como vehículo de resistencia y para señalar como esta nueva modalidad
de comportamiento colectivo puede revertir en una revisión de los enfoques clásicos.
El acento en la dimensión histórica como dimensión constitutiva de lo social se trata
también en el módulo "Movimientos sociales: conflicto, acción colectiva y cambio social".
Por medio del análisis de diferentes enfoques que se han desarrollado a lo largo del
tiempo en la psicología social, se proporcionan las coordenadas que hacen inteligible
y encuadran el estudio de los movimientos sociales. Para ello se recurre a las aportaciones
de la psicología social clásica, al repaso de las principales aportaciones teóricas
al estudio de los movimientos sociales y al análisis detallado de la teoría de la
influencia minoritaria y de la teoría de la identidad social como hitos importantes
de la contribución al estudio de los movimientos sociales realizada por la psicología
social contemporánea. Asimismo, se presenta un modo de articular una definición de
movimiento social partiendo de los argumentos examinados por medio de las diferentes
aportaciones revisadas. Como colofón, se discute y se intenta dilucidar, a través
del análisis del movimiento "anti-neoliberal", el alcance que las nuevas teorías sobre
la sociedad tienen en el estudio de los nuevos movimientos sociales. Los diferentes
contenidos que se presentan y su vertebración permitirán al lector y a la lectora
adentrarse en las diferentes aportaciones y teorizaciones sobre movimientos sociales
y estudiar el significado y la relevancia de éstos en la construcción y transformación
social.
Contrariamente a lo que suele pensarse, las instituciones no son algo extraño a nuestra
vida, algo con lo que nos relacionamos exteriormente o con distancia. En el módulo
"Las instituciones sociales", se pone de manifiesto cómo éstas transmiten pautas de
comportamiento, valores, normas, roles que los seres humanos producimos, reproducimos,
cambiamos y a los que también nos resistimos y cómo, asimismo, o precisamente por
ello, las instituciones participan de una manera determinante en el control social.
Mediante un repaso a las diferentes concepciones de institución social, con especial
atención a las aportaciones críticas de Erwing Goffman y Michel Foucault, las relaciones
entre instituciones sociales y el conocimiento como institución, así como el control
y la organización social, se lleva a cabo el desarrollo de un análisis de cómo las
instituciones sociales y las dinámicas que generan mantienen una íntima relación con
el pensamiento.
En este sentido, se examina de qué manera nos constituyen las instituciones sociales,
nos organizan y nos subjetivan. Sin embargo, de la misma manera, también se examina
cómo, mediante las prácticas cotidianas y todo lo que de éstas de se desprende, no
sólo participamos en la reproducción de estos procesos sino que también los subvertimos.
Por último, se trata la manera que tiene la psicología de erigirse en institución
social del conocimiento sobre las personas y qué efectos tiene sobre la regulación
social de la vida.
En definitiva, el itinerario que se traza permite abordar el papel de las instituciones
sociales en la vida cotidiana y escudriñar el papel instituyente e instituido que
tienen en la conformación de categorías de pensamiento y en la producción de procesos
de subjetivación.
Para finalizar, simplemente quisiéramos sugerir que los procesos colectivos tienen
una importancia tal en la configuración actual de nuestras sociedades que consideramos
urgente no sólo reexaminar los modelos y las teorías que intentan dar cuenta de ellos,
sino establecer una mirada distinta sobre los mismos que debería incorporar sus propios
modos de autodescripción. A este propósito, fundamentalmente, se orienta la asignatura.