Los compiladores se dedican a indizar los titulares de distintas publicaciones en línea y permiten realizar búsquedas temáticas. Los resultados arrojan listados de titulares con enlaces hipertextuales al sitio original donde se han publicado, y se pueden volver a publicar en páginas personales o corporativas –en algunos casos, de manera gratuita y, en otros, previo pago de una licencia.
Los compiladores de noticias implementan una nueva forma de producción de contenido aprovechando la arquitectura distribuida y organización hipertextual de la web. Se puede mantener que desempeñan la labor de adquisición y procesamiento de información que lleva a cabo una redacción periodística, pero con los recursos de la web y la exhaustividad que permite la tecnología de los motores de búsqueda. Los compiladores son una especie de redacción de redacciones, que ponen a disposición de los usuarios cientos de fuentes de información en línea y miles de artículos. Sin embargo, a diferencia de las redacciones tradicionales, su tarea carece de criterio editorial para la selección de información. Es el usuario el que puede determinar la forma en que quiere acceder a la información, según criterios temáticos o cronológicos que el sistema se encarga de procesar.

El fundamento y la novedad de los compiladores radica en que los procesos de adquisición y filtrado son automáticos. Están sustentados por robots y motores de búsqueda, que responden a los criterios de búsqueda del usuario y le ofrecen el resultado en el formato deseado por éste. Los compiladores no producen información original, sino que la recopilan y permiten al usuario definir los procesos de adquisición y los formatos de la información.
Los compiladores recopilan los titulares con el enlace al lugar original donde fue publicado y, las publicaciones en la web, en el mejor de los casos, obtienen visitas a través de estos enlaces. La naturaleza parasitaria de los metasitios o, si se permite un juego de palabras, "parasitios", ha suscitado el recelo de las publicaciones en la web y en especial de los periódicos, que contemplan atónitos cómo terceros se benefician económicamente de su contenido.
Los compiladores someten a las publicaciones en línea a un proceso de reintermediación, que puede ser positivo o negativo en función de la concepción del producto periodístico en la web: como un paquete completo o como unidades individuales que tienen valor en sí mismas.
Por ejemplo, si se considera que el principal valor del periódico consiste en aportar de un modo categórico y jerárquico los titulares del día, es evidente que los compiladores son una amenaza, porque se convierten en los intermediarios ante los usuarios, y relegan a los periódicos al papel de proveedores de información. Efectivamente, la estrategia de los compiladores es convertirse en el lugar habitual de visita para los usuarios, puesto que el potencial de contenido que ofrecen es más amplio que el de los periódicos individuales, pero, además, este nuevo servicio permite la publicación en cualquier página personal o corporativa, en algunos casos de manera gratuita. De manera que la competencia para las ediciones en línea de los periódicos se multiplica, puesto que los listados de noticias relevantes en un determinado sector, o acerca de una zona concreta se pueden encontrar en miles de sitios que no tienen nada que ver con los medios de comunicación.