Sindicadores

La pérdida de relación directa del usuario con los medios de comunicación tradicionales como intermediarios, y la aceptación de que estos se convierten en meros proveedores de contenido al que no se accede exclusivamente desde las páginas de su sitio web se manifiesta en otra práctica heredada de las publicaciones impresas: la sindicación de contenido. Sin embargo, la sindicación adquiere en la web mayor relevancia debido a la patente necesidad de contenido que registran los sitios más variados. En concreto, las noticias se convierten en un contenido altamente deseable por su actualidad, una de las claves para que cualquier sitio aumente su atractivo para los usuarios.

A diferencia de los compiladores, los sindicadores no ofrecen sólo el titular de la noticia y un enlace al lugar donde ha sido publicada, sino que ofrecen el contenido completo de la noticia o artículo. Actúan de intermediarios entre el proveedor de contenido original, al que pagan por distribuir su contenido una cantidad en general modesta, y el comprador de ese contenido. Los sindicadores aprovechan la oportunidad de mediar y satisfacer las necesidades tanto de los proveedores, como de los demandantes de contenido.

La utilización de los sindicadores para los medios de comunicación se plantea como una cuestión de equilibrio entre dos extremos: por un lado, la oportunidad de rentabilizar el contenido a través de su redistribución y, por otro lado, el riesgo de mercantilización (o pérdida de valor) de la información que puede conllevar la presencia del mismo contenido en distintos lugares. Del mismo modo como sucede con los compiladores, se separa la producción de contenidos de la interfaz o lugar desde donde se accede a ellos.

Las apuestas por la sindicación se basan en el cambio radical que supone la web como plataforma de distribución de contenidos. Cuando las compañías de medios controlaban los canales de distribución tenía sentido mantener el contenido exclusivo. Ese era el valor que añadías para el consumidor. Sin embargo, en la web hay millones de puntos de distribución que hay que aprovechar. La idea consiste en estar donde está su público.

O´Brien, analista de Forrester: "Con la web (…) tratar de limitar el acceso al contenido simplemente da más poder a todos los demás que proveen contenido(…). Poned vuestro contenido frente a vuestra audiencia, descubrid dónde está vuestra audiencia y qué está haciendo, y aseguraos de que vuestro contenido está disponible para que ellos puedan consultarlo desde el contexto que hayan elegido. Seguid a vuestra audiencia".

Las reticencias iniciales a este modelo se disuelven ante la necesidad de obtener ingresos, que se hace más urgente con la crisis económica que comienza a afectar a las empresas de Internet en la primavera de 2000. No sólo las publicaciones de la Red comienzan a sindicar sus contenidos, sino que incluso se "sindican" modelos de negocio a través de fórmulas como el co-branding –acuerdo por el que se ofrece un servicio bajo las marcas del dueño del servicio y de la empresa que incluye en sus páginas web el servicio.

En palabras de Thibeau, vicepresidente de desarrollo de negocio de Lexis-Nexis:

"Cualquier cosa que es digital puede ser sindicada, tanto si es un modelo de negocio como Ebay o un fragmento de contenido como la inmensa cantidad que nosotros archivamos. Internet cambia completamente la distribución". Walker, L. (2000). "The Syndicate Takes OVer The web". The Washington Post (23 noviembre, pág. E01).

Así sitios web dedicados a las subastas, al comercio electrónico, al contenido, o bolsas de trabajo en línea establecen acuerdos con otras empresas para ofrecer sus servicios y contenidos en distintos sitios. Las publicaciones de la web no tardan en comenzar a sindicar su contenido y publicar material sindicado. Incluso, en el caso de los periódicos, los cobrandings que establecen con otras empresas suponen un reconocimiento explícito de que en la Red han perdido su negocio tradicional como es el caso de los cobrandings con bolsas de empleo o páginas de subastas.