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Gestión de los aprovisionamientos en el enfoque tradicional

El enfoque tradicional considera que los proveedores son poco fiables, ya que acostumbran a entregar componentes de baja calidad y en cantidades equivocadas y no cumplen las fechas de entrega. Además, el hecho de que traten de conseguir mayores beneficios, presionando al cliente por lo que respecta a los precios, hace que éstos no se fíen de ellos.

Por este motivo, la gestión de los aprovisionamientos debe proteger el funcionamiento del sistema productivo de las actuaciones de los proveedores. Según este planteamiento, la empresa puede utilizar dos políticas básicas:

1) Integrarse verticalmente con los proveedores allí donde los mecanismos de mercado no aseguran una oferta abundante.

2) Promover una negociación entre empresas competidoras allí donde el mercado permite actuar competitivamente. En el caso de los productos que presentan una oferta abundante en el mercado, resulta conveniente disponer de un conjunto de proveedores amplio para estimular la competencia entre ellos y conseguir precios más bajos. Pero hay que señalar que la empresa sólo debe recurrir al aprovisionamiento externo para los productos poco diferenciados, ya que, de esta manera, mantiene el control del diseño y el coste de cambio de proveedor es bajo.

Si la empresa decide realizar un aprovisionamiento externo, ¿cómo se seleccionan los proveedores?

En el enfoque tradicional, la variable clave que determina la selección de los proveedores es el precio. Los criterios de calidad y de plazo de entrega son variables restrictivas; lo que determina que se escoja a un proveedor o a otro que cumplen ambas variables (calidad y plazo de entrega) es el precio.

La relación proveedor-cliente...

...se establece a corto plazo y la consecución de un contrato de suministro no es ninguna señal de garantía de estabilidad para el proveedor, ya que el cliente continúa buscando ofertas más económicas, y si las encuentra, las utiliza para presionar al proveedor para que ofrezca precios más bajos.


La relación proveedor-cliente se establece en términos de competencia, donde el precio refleja el poder o la habilidad de cada una de las partes en el proceso de negociación.

Esta relación a corto plazo influye en los comportamientos de ambas partes. Una de las consecuencias más claras de esta relación es la presión del proveedor para conseguir pedidos mayores. A causa de que la relación comienza y acaba con cada pedido, el proveedor presenta un gran interés en que el pedido sea grande por dos motivos principales: se asegura que el negocio será mayor y consigue que se establezcan economías de escala en su proceso.

Por otro lado, el cliente intenta conseguir ventajas del interés del proveedor para conseguir pedidos grandes, como por ejemplo, pedir precios más bajos.


Tanto el proveedor como el cliente consideran que el éxito en la negociación consiste en conseguir mejoras en el precio.

La información que ponen encima de la mesa para negociar es la información imprescindible para realizar la transacción: la descripción detallada del producto, las fechas de entrega, la penalización por incumplimientos.

Otras características...

...que derivan de esta relación proveedor-cliente son las siguientes:

1) La innovación de los productos corresponde a los clientes, que la mantienen para evitar la competencia futura.

2) La innovación de los procesos de los proveedores es general y no depende de las necesidades exclusivas de un cliente, ya que la relación con un cliente determinado en el futuro es incerta.

3) El comprador debe inspeccionar el material cuando se lo entregan.

4) La evaluación de los proveedores se lleva a cabo sobre la base de los precios; además, se tiene en cuenta el cumplimiento de las entregas y las especificaciones de calidad, aunque a veces, según las circunstancias, se tolera que se incumplan algunos de estos aspectos.

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