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El concepto de educación es ambiguo y presenta una gran carga ideológica. Por este motivo, los autores han elaborado diferentes definiciones del término.
A continuación, veremos las grandes líneas de las diferentes definiciones del concepto de educación:
- La educación se puede entender, sencillamente, como el hecho, la realidad, que se manifiesta en la transmisión de conocimientos, valores, conductas y habilidades. En este sentido, se habla de "realidad educativa" haciendo referencia a las instituciones, la organización, la metodología didáctica, las actividades, los educadores y los educandos. De hecho, educación sería aquello que se realiza en las instituciones educativas y, de manera paralela, la inteligencia sería la que se mide en los tests de inteligencia.
El concepto de educación, como hecho, presenta connotaciones escolares, a pesar de que, actualmente, se reconoce también como la realidad educativa que se encuentra en otros tipos de centro, como los de atención primaria.
- Una línea más etimológica pondría el acento, y en este aspecto coinciden la mayoría de los autores, en su intencionalidad. La educación pretende la modificación de la conducta, pero no de cualquier manera. De hecho, existen dos maneras claramente diferenciadas de conducir el comportamiento humano:
La primera parte de la intencionalidad educativa. Debe existir, al menos, una persona que se plantee unas actividades de aprendizaje con una finalidad prefijada. El modelo de la educación como intencionalidad es el de la escuela, pero no es el único, ya que, por ejemplo, el profesional de la salud realiza una tarea indudablemente educativa cuando consigue que unos padres preparen el biberón correctamente.
La segunda se basa en la manipulación de las situaciones estímulo. Esta concepción es la de la publicidad; de entrada, no se considera educación. Las técnicas de marketing son el fundamento de esta forma de influir en la conducta. Se sabe, por ejemplo, que los cambios de situación de los productos producen un cambio en el comportamiento de los clientes; si a esta estrategia de modificación de la conducta se le añade una intencionalidad formativa, la acción se vuelve educativa. Como ejemplos en el ámbito de la Promoción y la Educación para la Salud encontramos las campañas antitabaquismo o de prevención de los accidentes de tráfico.
- Otra línea considera que en el concepto de educación se encuentra implícito el de perfeccionamiento y optimización de la persona. Cualquier modificación educativa de conducta presupone una mejora. Siempre existirán posibilidades de desarrollo de todas las dimensiones humanas; el resultado final debe ser mejor que el estado presente. Por ejemplo, el niño diabético que aprende a autoadministrarse la insulina llega a ser mucho más independiente y autónomo que cuando necesitaba a alguien para realizar esta operación.
- Otra concepción pone el acento en la dimensión comunicativa, en la interrelación. Es imposible concebir la educación sin un proceso de comunicación.
La relación puede ser directa, cercana. En este caso, el hecho educativo surge de la relación entre el individuo y el educador, o entre el individuo y sus compañeros. La relación también puede ser indirecta, lejana en el tiempo y el espacio. La educación, en este caso, se produce en la relación entre el individuo y la cultura. La persona motivada puede aprender a preparar comidas más equilibradas a partir de la lectura de revistas y libros especializados.
- Finalmente, la educación se entiende muy a menudo como actividad o proceso. Dada su importancia actual, desarrollaremos este concepto más adelante.
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