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Las aplicaciones pedagógicas de los factores condicionantes del aprendizaje

Muchos profesionales de la salud desconocen que las personas experimentan diferentes condicionantes del aprendizaje que afectan a su capacidad para asimilar nuevos conocimientos y habilidades. En ese caso, en el momento de planificar un programa educativo, sólo tienen en cuenta los objetivos para elegir el recurso didáctico que utilizarán. Esta restricción de miras provoca que un buen número de participantes no aprenda tanto como sería posible y deseable. La verdadera "igualdad de oportunidades" educativas no significa que los discentes tengan el mismo libro, el mismo horario y las mismas actividades.

Desde la perspectiva de los factores condicionantes del aprendizaje, las características básicas de un programa para la salud deberían ser:

  • El diagnóstico de las necesidades formativas en materia de salud.
  • Las asignaciones flexibles a los recursos disponibles.
  • La orientación individualizada.

Las personas presentan una amplia variedad de necesidades individuales en materia de salud. En principio, la elaboración de una programación educativa debería consistir en establecer los objetivos que se quieren conseguir para cada usuario en función de la identificación de sus necesidades, escoger los recursos formativos que se utilizarán y decidir cómo se evaluará la consecución de los objetivos. La diversidad de necesidades individuales existente implica la utilización de muchos recursos diferentes para satisfacerlas.

El profesional de la salud debe tener claro que el "mejor" método didáctico no es el mismo para todas las personas. Recursos que resultan muy poco eficaces para la mayoría de los individuos, como los basados en el lenguaje escrito, pueden ser los preferidos por algunas personas en determinadas situaciones de aprendizaje. Algunos individuos recuerdan mejor las cosas si se las explican, y otros, si las ven. Está probado que las personas aprenden con mayor efectividad cuando se les enseña mediante sus estilos de aprendizaje predominantes.

De todas formas, tampoco es necesario adaptarse a las preferencias de todos los discentes en todas las situaciones de aprendizaje. El docente se debe esforzar para comprender las diferencias entre los participantes de las sesiones de aprendizaje, pero la falta de adaptación a la individualidad a veces facilita el desarrollo de las capacidades.

El principio fundamental que debe tener claro el profesional de la salud al planificar una programación educativa es el de ofrecer a los usuarios la máxima variedad de opciones formativas para satisfacer sus necesidades:

  • En caso de concordancia entre los métodos didácticos y los factores condicionantes del aprendizaje, el educando progresa notablemente en la adquisición de conocimientos, actitudes y/o habilidades.
  • Mientras que, en caso de discordancia, es posible que las capacidades de aprendizaje de los discentes se desarrollen y mejoren.

Por lo tanto, la pluralidad de recursos es la cualidad principal de un buen programa de educación para la salud. Incluso se puede utilizar este principio para diseñar métodos de evaluación diferenciados más apropiados para comprobar el proceso de cada educando.

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