El Modelo EFQM reconoce que la excelencia en todo lo referente a resultados y rendimiento de una organización se puede lograr de manera sostenida mediante distintos enfoques que no están predeterminados, sino que han de ser definidos, y aplicados, por la propia organización.
Una vez que el modelo ha sido instaurado en la organización, no es algo rígido y que pueda funcionar tal como era inicialmente, sino que tiene una naturaleza dinámica, representada por las flechas en la figura del modelo.
Las flechas en la figura nos muestran que la innovación y el aprendizaje potencian la labor de los agentes facilitadores y dan lugar a una mejora de los resultados.