Cuando planificamos el tiempo que necesitamos para finalizar un proyecto, podemos encontrarnos ante las dos situaciones siguientes:
- Una fecha límite fijada
- Una fecha límite sin fijar
Si la fecha límite no está establecida (caso del todo excepcional), en la planificación nos plantearemos la utilización del tiempo de la manera más adecuada para hacer el mejor uso posible de los recursos.
Las pérdidas en el caso de una mala planificación temporal son mayores que un error en la estimación de los recursos; pueden comportar, por ejemplo, la pérdida de una oportunidad de mercado o un cliente descontento.
Para garantizar el cumplimiento de los plazos, el tiempo de desarrollo del proyecto tiene que quedar muy bien planificado. Esta circunstancia implica:
- Definir las actividades.
- Diseñar una secuencia de actividades.
- Estimar la duración de las actividades.
- Desarrollar una agenda del proyecto.
- Establecer un control.