Como Kaplan y Norton, los autores de este modelo, Edvinsson y Malone parten de la idea de que el valor de una empresa no se refleja sólo contando sus activos tangibles. Con esto en mente se pusieron a diseñar un modelo que les permitiera contabilizar tanto el capital financiero como el capital intelectual de la empresa. El modelo se resume en el siguiente gráfico:

El triángulo superior, el enfoque financiero, es el tradicional balance de situación, el pasado de la empresa. Este modelo añade a los indicadores tradicionales ratios que evalúan el rendimiento, rapidez y calidad.

El presente esta constituido por las relaciones con los clientes y los procesos de negocio.

La base es la capacidad de innovación y adaptación, que garantiza el futuro. El centro del modelo y corazón de la empresa es el enfoque humano, la competencia y capacidades de los empleados, el compromisos de la empresa de mantener esas destrezas y actualizarlas, la experiencia e innovación de los empleados y de la organización, en resumen la inteligencia de las empresas.

Los indicadores deben cumplir unos requisitos: relevancia, precisión, adimensionalidad y facilidad de medición.