Los egipcios adoraron diversos dioses cánidos o chacales. El más conocido es, sin duda, Anubis, pero también son importantes Jentiamentiu y Upuaut, y el propio Osiris tuvo, asimismo, una forma de chacal, que facilitó su sincretismo con Jentiamentiu. Todos estos dioses desempeñan un papel esencial en el ámbito de las creencias funerarias y, en concreto, del tránsito al más allá. Y es que todos ellos son dioses-"chamanes", es decir, divinidades que presiden el tránsito entre estados de conciencia, el cambio iniciático de estado ontológico, el paso de lo inmanente a lo trascendente. Anubis es el señor de Ro-setau, la necrópolis, la puerta hacia el más allá. Jentiamentiu, como su nombre indica, es "el que está al frente de los occidentales", es decir, el que acompaña a los difuntos por los caminos del Occidente hacia el más allá. Y Upuaut, también como su nombre indica, es el "abridor de caminos", o sea, aquel que guía a los difuntos mostrándoles y allanándoles el camino. Los chacales eran animales que, en efecto, merodeaban por las necrópolis y vivían en las colinas del desierto colindantes a éstas.
Anubis juega un papel destacado en el mito de Osiris, pues momificó el cadáver del dios muerto, lo cual permitió su resurrección. Por eso es el gran dios embalsamador, y en la iconografía se le representa de pie junto al lecho de la momia del difunto, encorvado hacia ésta y manipulándola. También es el guardián de las necrópolis, y en tanto que tal se le representa o esculpe como perro retumbado con la cabeza vigilante. Sus principales epítetos son los de "señor de la tierra sagrada" (=la necrópolis) y "el que está en el lugar de embalsamamiento". Anubis está presente asimismo en el juicio osiríaco, manipulando la balanza de la psicostasia.
Jentiamentiu es el dios funerario local de Abido. Cuando los reyes predinásticos del Alto Egipto, procedentes de Hieracómpolis, anexionaron a su reino la región de Abido y se establecieron y enterraron en ella, su propio dios de los muertos, Osiris, una de cuyas formas sería, tal vez, la de cánido, se sincretizó con Jentiamentiu. Jenti-imentyu, "el que está al frente de los occidentales", pasó entonces a ser un epíteto más de Osiris, desde ahora "Señor de Abido", según reza otro de sus epítetos.
Upuaut, el "abridor de caminos", es un dios a la vez regio y funerario. En la doctrina de la realeza, Upuaut representa al rey en tanto que primogénito y heredero legítimo del trono. Es, en efecto, el que "abre" el "camino" del nacimiento o canal del parto. Por eso, se lo representa sobre un estandarte que acompaña siempre al rey en el heb Sed o festival de rejuvenecimiento y re-nacimiento. Como divinidad funeraria es el dios psicopompo por excelencia, que muestra a los difuntos los difíciles senderos montañosos que conducen al más allá.