Inicio Atrás Adelante La Arquitectura Funeraria
 

Las creencias funerarias egipcias determinaban que las estructuras de las tumbas presentaran siempre ciertos elementos característicos. Dos son los elementos fundamentales de una tumba egipcia: una sala de ofrendas abierta y la cámara en la que reposa la momia. La tumba es el lugar en el que el mundo de los vivos - el mundo terrestre - y el mundo de los muertos - el más allá - están en contacto. Desde el principio las tumbas estuvieron asociadas a la idea de renacimiento, sin que por ello dejaran de implicar una ruptura con la existencia terrenal. Esta ruptura se plasma arquitectónicamente a través de un tercer elemento: el pozo, que conduce desde la capilla de culto, que se encuentra a nivel del suelo, a la cámara funeraria, o lo que es igual, desde el mundo de los vivos al de los muertos. De ahí que la tumba sea el lugar de relación imaginario entre ambos mundos. La distancia que el pozo salva es la distancia que los separa.

Periodo Predinástico

Tumba U-j AbidoLa estructura tipo que acabamos de describir no apareció hasta el Reino Antiguo. Para el periodo predinástico se han documentado en Egipto diferentes tipos de sepultura. El más habitual, sobre todo en las etapas más antiguas y en el Alto Egipto, es el de la pequeña fosa oval en la que el individuo está colocado en posición fetal, con la cabeza hacia el sur mirando hacia Occidente. Más tarde, un nuevo tipo de sepultura de planta rectangular convivirá con las fosas de tipo oval. Es posible establecer una secuencia cronológicamente continua entre las tumbas de planta rectangular más antiguas y las más recientes. Éstas presentan las paredes interiores revestidas de adobe y más de una cámara (en un primer momento sólo dos: una cámara funeraria y otra para el ajuar). En la necrópolis de Hieracómpolis puede apreciarse bien esta secuencia tipológica. La tumba más significativa de este periodo es precisamente la tumba 100 de Hieracómpolis, es la tumba de un "rey", la primera con decoración parietal de la historia de Egipto. Esta tumba tiene una estructura rectangular y su interior está subdividido en dos ámbitos. Con el tiempo, las tumbas serán cada vez más complejas, con una multiplicación de los ámbitos destinados a las ofrendas y al ajuar funerario. Es el caso de la tumba Uj del Cementerio de Abido de la Dinastía 0, continuadora de la "realeza" de Hieracómpolis. Es muy probable que todas estas tumbas tuvieran una superestructura en forma de mastaba baja maciza de paredes lisas y cubierta ligeramente abovedada, imitando las viviendas de los vivos (estruturas de planta rectangular con las paredes largas en talud y cubierta abovedada). Todas estas estructuras eran de adobe.

3.1 Época tinita y Reino Antiguo - Tumbas reales

Los reyes tinitas (Dinastías I y II) se enterraron en grandes mastabas de adobe. Existen dos necrópolis reales en esta época: una en Abido, ciudad de la que los reyes unificadores procedían, que continuaba una tradición ancestral; y otra en Saqqara, junto a Menfis, la nueva capital desde la unificación. Muchos de estos reyes tuvieron dos tumbas, una en cada cementerio. La de Saqqara tenía los muros exteriores decorados con el motivo de la "fachada de palacio", es decir, con entrantes y salientes que imitaban la "fachada" y las puertas del palacio real: la tumba del rey reproducía, en efecto, su "casa" o "palacio" y las puertas simbólicas constituían el punto de contacto entre el mundo de los vivos - lugar al que llegan las ofrendas que se presentan al difunto- y el mundo de los muertos - lugar de salida del alma del difunto.

El recinto funerario de DyesertLa mastaba de Abido, de paredes lisas según la tradición antigua, tenía asociada otra estructura arquitectónica que conocemos con el nombre de "palacio funerario" porque sus muros exteriores estaban decorados también con el motivo de la "fachada de palacio". Se trata de un recinto construido para la celebración de un ritual o festival religioso, el heb Sed, aunque, dado que nos encontramos en un contexto funerario, su valor es estrictamente simbólico y soteriológico. Este recinto está rodeado de un muro, con el acceso abierto al sureste, y su interior es un gran patio en el que se levantan dos estructuras: un montículo al norte a imagen de la colina primigenia y al sur, junto a la entrada, una capilla cultual.

A partir de la dinastía III, a medida que se extendía el culto solar, los reyes dejaron de enterrarse en mastabas y pasaron a hacerlo en pirámides.

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