Adelante

Editar un boletín electrónico(II)

  1. Política para con los suscriptores. Deberemos incluir toda la información de contacto posible: nombre y dirección de correo-e del editor, dirección postal, teléfono, etc. No debemos olvidar que la difusión será internacional. Por lo tanto, habrá que incluir datos como el país y el número telefónico internacional completo. Es importante dar garantías a los suscriptores de que su dirección no será cedida a nadie bajo ningún concepto. Es decir, que se respeta su privacidad.
  2. Política de altas. Mi posición en este aspecto es la de dar de alta exclusivamente a aquellas personas que lo han solicitado expresamente. Como ya se ha indicado, el boletín es, ante todo, una herramienta de captación y fidelización de clientes. De nada sirve, por lo tanto, mandar nuestra información a personas que no nos lo han solicitado. No sólo no nos sirve, sino que los efectos serán contrarios a los deseados. Estos destinatarios involuntarios de nuestro boletín, con toda probabilidad, sentirán su buzón electrónico invadido, y difícilmente nos ganaremos su confianza y respeto con ello. Por lo tanto, debemos descartar el uso de listas de direcciones compradas o adquiridas en el mercado.

    Es decir, sólo queremos tener suscriptores que respondan al perfil de nuestro cliente objetivo y que, por lo tanto, estén interesados en los temas que tratamos y deseando recibir nuestro boletín. Esto sólo es posible si ellos nos lo manifiestan expresamente.

    Por otra parte, deberemos dar el máximo de facilidades a quien quiera darse de alta. Por ejemplo, para dar a alguien de alta, lo mejor es no pedirle más que su dirección de correo-e. Ya nos dará otros datos más adelante, cuando él quiera. Es decir, cuando ya confíe en nosotros. De momento, la dirección de correo-e es todo lo que necesitamos para empezar a comunicar regularmente con él.

    Respecto a la forma de iniciar la lista, hay quien decide arrancar con una lista en la que ha recopilado una serie de direcciones varias de correo-e a las que manda el primer boletín. Ofrece a estas personas la posibilidad de darse de baja. Ya hemos visto que esta opción puede conducir fácilmente al efecto contrario del deseado. Yo prefiero empezar desde cero y tener en mi lista sólo a personas que me han pedido expresamente su alta. Así ha ocurrido con todos los suscriptores de mi boletín, así crece mi lista día a día y, aún más importante, sólo así puedo estar seguro de que todos mis suscriptores son clientes potenciales.

    Política de bajas. Debe quedar muy clara la manera de dejar de estar en la lista de difusión del boletín. No sólo eso, sino que conviene facilitar al máximo el proceso de solicitud de baja. Por ejemplo, si el proceso de alta se efectúa por correo-e, también la baja debe poderse hacer por la misma vía.

    Además, al recibir una solicitud de baja, debemos proceder a retirar a esta persona de la lista de inmediato. No sólo por obligación legal (por lo menos en España y algunos otros países), sino porque si esta persona no está interesada, debemos evitar que pueda hablar mal de nosotros por el hecho de continuar mandándole el boletín contra su voluntad.

    Facilitar las actualizaciones de dirección. Los suscriptores cambian de dirección de correo-e más frecuentemente de lo que podéis imaginar. Por este motivo nos interesa también facilitarles el procedimiento para que nos lo comuniquen adecuadamente -la nueva dirección y la antigua-; con ello evitaremos perder suscriptores y, además, mantendremos nuestra lista más limpia de direcciones inválidas.

  3. Gestión de la lista. La gestión de la lista es un aspecto que, al principio, puede parecer irrelevante. No obstante, cuando la lista empieza a crecer en torno al millar de suscriptores, este crecimiento se vuelve un problema acuciante.
  4. Al alcanzar este volumen, el mantenimiento de la lista absorbe muchas horas de trabajo. Me refiero a la tarea de realizar las altas, las bajas, realizar los cambios de direcciones y, sobre todo "limpiar" la lista de direcciones duplicadas y de las que ya no son operativas. Por lo tanto, en este punto se hace imprescindible la automatización de estas tareas. Sabiendo esto, no hace falta esperar a estar en apuros y os recomiendo disponer, desde el principio, de algún grado de automatización.

    Automatización de la lista. Para ello contamos con varias alternativas. Podemos empezar con las menos onerosas para ir invirtiendo más medios a medida que necesitemos más servicio.

    La primera opción sería la de construir la lista en nuestro propio programa de correo. En este sentido, vale la pena utilizar un programa especializado de correo-e como son Eudora o Pegasus. Este último, muy potente, es Shareware. En este caso, esto significa que os podéis bajar gratuitamente el programa (http://www.pegasus.usa.com) y deberéis pagar únicamente si deseáis recibir el manual impreso. No obstante, el programa incluye un completo manual on-line que hace innecesario, en la mayoría de los casos, el manual impreso.

    Las ventajas de esta opción son el precio (Pegasus es gratuito, Eudora no, pero su precio es muy reducido) y el hecho de que todo lo tenemos en casa. Es decir, todos los datos están en nuestra máquina.

    Otra opción sería la utilización de un servidor público de listas. Son servidores que nos proporcionan la infraestructura de gestión de la lista. A menudo, de forma gratuita; a veces, con un pago mensual. Por ejemplo, disponemos en español de los de www.e-listas.com o de los de www.redIris.es . También hay PSI que proporcionan este servicio como complemento del servicio de alojamiento.

    Por último, existe otra opción, que es la de adquirir un auténtico programa de gestión de marketing de correo-e. Estos programas son, básicamente, sistemas de gestión de base de datos orientados a la gestión de nuestro correo-e "repetitivo". Es decir, gestionan nuestra lista de distribución pero también son capaces de actuar como contestadores programados, informar sobre productos y ofertas, llevar a cabo el seguimiento de los clientes, etc. Su objetivo es descargarnos de todas las tareas repetitivas y dejarnos únicamente aquellos mensajes de correo que, forzosamente, deben ser contestados personalmente.

  5. Promoción. Bien, lo tenemos ya todo a punto. Sólo nos falta que los suscriptores empiecen a pedir el boletín. ¿Cómo les informamos de que está a su disposición? Los medios son los mismos que vamos a tener para cualquier otra acción promocional, os adelanto algunos brevemente.
  6. Nuestras páginas web. La propuesta de suscripción gratuita debe tener su espacio en todas y cada una de las páginas de nuestra sede. De hecho, unos de los objetivos del web es capturar la dirección de correo-e de cada visitante. Nuestro boletín es la mejor herramienta para ello.

    Notas de prensa. La salida de un nuevo medio al mercado es una noticia de relevancia. ¡Aprovechémoslo! Preparemos una nota de prensa y mandémosla a todos los medios on-line que podamos. Muchos de los mismos, si bien no la publicarán íntegra, se harán eco de la noticia. Por supuesto, en la nota deberá aparecer el enlace (URL o dirección de correo-e) para suscribirse.

    Informar a otros sitios del sector. Seguro que nuestro sector cuenta con asociaciones profesionales, comunidades, clubes, centros de formación, webs de empresas y portales verticales en general a los cuales les interesa conocer la aparición de una nueva fuente de información y que pueden referenciarla en sus listas y directorios.

    Directorios de listas. Así como hay buscadores de sitios web, también hay algunos dedicados a las listas. En español contamos, entre otros, con www.E-listas.com , www.inchi.com/buscalistas o www.rediris.es/list/buscon.es. Es imprescindible darse de alta en todos.

    Publicación de artículos en otros boletines. Ésta es una fuente importantísima de nuevos contactos. Si generamos información de calidad, muchos boletines estarán interesados en publicar algunos de nuestros artículos. Con ello llegamos a muchos nuevos lectores. Si somos capaces de interesarlos, harán clic en el enlace que les damos en la firma del artículo.

    La firma de cada mensaje de correo-e que mandemos puede incluir un minianuncio del boletín.

    He elaborado un resumen de los medios que están a nuestra disposición. Sin embargo, no olvidéis que en Internet, cualquier acción que llevéis a cabo tiene un potencial promocional. Por lo tanto, os invito a aplicar estas tácticas y también todas las que podáis imaginar (intercambio de patrocinios, intercambio de boletines, etc.)

Ejercicio

La suscripción a nuestro boletín, si queremos que sea una herramienta de promoción, debe ser siempre voluntaria y a petición expresa del interesado.


Nos conviene automatizar la gestión de la lista, pues se vuelve muy laboriosa en cuanto se acerca al millar de participantes.


El lanzamiento de nuestro boletín debe ser objeto de una campaña de promoción, exactamente de la misma manera que el de las páginas web.

Adelante

Inicio